Se estima que más de un quinto de las zonas continentales que existen en el mundo son desiertos, estos lugares del planeta se distinguen principalmente por ser lugares que apenas alcanzan los 25 centímetros cúbicos de lluvia al año.

 

A pesar de que las condiciones en este tipo de lugares parecen sumamente difíciles, estos hábitat son muy ricos en vida pues toda clase de plantas y animales se han adaptado a las condiciones que presentan.

 

Como ya se menciono con anterioridad lo básico para poder considerar un lugar como desierto es la falta de lluvias o precipitaciones. Esto es así porque en términos geográficos los desiertos suelen encontrarse regularmente en los extremos occidentales de los continentes.

 

Esto se debe a los conocidos como vientos tropicales que mientras se alzan cerca del Ecuador, condensan la humedad en forma de nubes y lluvia. Mientras se alejan con dirección a los polos el aire descarga toda su humedad, el aire desciende y se calienta lo que da como resultado que las regiones por donde estos vientos pasan sean muy áridas.

 

Aunque esta no es la única manera en que se forman los desiertos ya que las grandes barreras montañosas también impiden que lleguen nubes húmedas lleguen causando que del lado opuesto a la montaña se forme un desierto.

 

Un desierto también se puede generar a causa de vientos estacionales ya que se desarrollan por cambios complejos entre los continentes y el océano.

 

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