De triunfos y fracasos

Jair Torreblanca Patiño

Un tema que parecía lejano al fútbol mexicano, surgió el pasado viernes en el duelo Atlético San Luis ante Santos, el racismo. Félix Torres defensa del cuadro santista recibió agresiones verbales, este hecho provocó que surgiera una gresca y que a la postre le costó su expulsión.

El hecho no puede quedar en una simple disculpa, debe de ir más allá y sobre todo sentar precedente de amonestación hacia el jugador que agredió, sobre todo porque de esta forma de evitarán sucesos similares en un futuro de que justificado por el calor del juego, se agrede de la forma que se hizo, con la palabra.

Lo que vino en los siguientes minutos después de darse esta situación que empañó el partido, se generó una polémica, donde los comentarios al respecto coincidieron en lamentar el hecho y esperar un castigo. Se hablaron de diversas   propuestas que se pueden llevar a cabo, a fin de evitar sucesos similares como los vividos en la cancha potosina. Ante ello diferentes entes se han pronunciado por que se castigue, que se llegue a través de una investigación hasta las últimas consecuencias y sobre todo se esclarezca este tipo de hechos a fin de que queden impunes.

Mikel Arriola quien lleva la dirección de la Liga MX, ha hecho un pronunciamiento en el cual dijo que este tema se investigará y no quedará impune con el fin de sentar ese precedente del cual mencionamos en el primer párrafo y sobre todo de que se vaya encaminando a un mejor desarrollo del fútbol, para evitar conductas antideportivas, que normalmente se tienen en la cancha como faltas, agresiones físicas dentro del campo y en esta ocasión agresiones verbales que se tradujo en racismo.

Esperamos que el caso de Félix Torres siente precedente y sobre todo vayan marcando una reglamento, que dicte la nueva forma de convivir en una cancha entre los propios jugadores, en un deporte que al final de cuentas se vuelve para muchos, en un ejemplo a seguir. Recordemos cuántos niños disfrutan cada ocho días al ver a su equipo enfrentar a un rival y sobre todo hacerlo en las mejores condiciones de ética y buena conducta.

Eso es los que a veces los jugadores olvidan, que son los ejemplos a seguir y que hay diferentes ojos que los siguen constantemente y que algunos tratan de emularlos sobre el actuar que tienen en la cancha. Algunos con esas acciones basadas en los buenos ejemplos y sobre todo con una conducta intachable que siempre se espera de los representantes del balompié mexicano.

Ojalá este hecho no quede impune y sobre todo se castigue, porque sólo así, se evitarán más situaciones como las que han sucedido en Europa y que también a través de los castigos se han buscado erradicar de raíz, para evitar que se “normalice” la ofensa. El caso está en la mesa y se espera que después de las palabras, haya hechos concretos y aunque se ha tratado de justificar por parte del equipo local que esta agresión se debió que el propio Félix Torres propinó a uno de los niños baloneros una agresión, esto no puede justificar las diferentes ofensas que este desaguisado puede generar.

Por lo pronto esperemos que este hecho no se repita, mientras no haya un reglamento que lo sancione, haya la conciencia de los propios equipos para que sus jugadores se desempeñen de mejor forma en la cancha, las rivalidades se enfrenten con el deporte y se eviten las malas conductas y sobre todo más ofensas. Ojalá haya un código de conducta que en caso de volver a tener una situación similar, se castigue y no llegue a normalizarse.

Porque es ilógico que al inicio de cada partido se desfile con la bandera del Fair Play (juego limpio) y ya en la cancha esto se olvide por el simple hecho de defender la camiseta a como sea y se olviden las buenas formas que deben de prevalecer en la cancha en cada partido. Hoy más que nunca, nuestros infantes y jóvenes necesitan ejemplos tangibles y qué mejor que sean sus ídolos, aquellos que se baten en un duelo en la cancha, pero lo hagan con las mejores armas: calidad futbolística y sobre todo el buen desempeño en el mismo y que redunde en el triunfo. Con estos hechos olvidamos que el deporte tiene implícito valores como la solidaridad, el trabajo en equipo, la educación, la ética entre otros, que no pueden pisotearse.

Es necesario cambiar el pensamiento de los jugadores, para que con mejor conducta se enfrenten en un partido, donde lascualidades de cada protagonista surja y sea el detonante de una victoria. Estos tiempos de Pandemia deben de dejar experiencias de como se debe de actuar y sobre todo, mejorar la forma de tratar al prójimo y que ya no se tenga un actuar similar a futuro.

Ya que hablamos de racismo en el fútbol, viene a mi mente un jugador que lo vivió encarne propia por parte de los aficionados, me refiero a Hugo Sánchez quien en su estadía en la madre patria soportó el desprecio de la afición Española, al llamarlo de una manera humillante, cada fin de semana, no dejaban de humillarlo; el es uno de los que ha demostrado que las humillaciones son parte de este mundo superficial, pero todo ello sirvió que las humillaciones sirven para  superarse así mismo, hasta lograr ser unos de los mejores de Europa y logro que se le rindieran al ser penta pichichi y ser reconocido como máxima figura del fútbol ibérico.

Hoy parece que está experiencia no la hemos aprendido para el bien del deporte y sobre todo del fútbol. Estamos a tiempo de hacer conciencia de lo importancia que tiene el deporte como un ente para educar. El tiempo ha sido testigo de como han costado erradicar gritos homofóbicos como “el ehhhh put…” ahora se está en la oportunidad de evitar el racismo en el deporte, en bien la disciplina… Porque ya chole con este tipo de conductas. ¿O no?

Comentarios para esta columna que está en contra del racismo al correo: detriunfosyfracasos@hotmail.com

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