Jair Torreblanca Patiño
Tokio representó una de las cosechas más bajas de medallas en Juegos Olímpicos para México, el ciclo olímpico pasado fueron cinco en Río 2016. Desde el punto de vista cuantitativo el no obtener los resultados esperados que estaban marcados en 10 preseas (por cierto cifra aventurada, sobre todo porque la última vez que se acercaron a una cosecha similar fue en México 68, donde se lograron 9 y nuestro país fue sede) si fue un fracaso al estar por debajo de este pronóstico
Las cuatro obtenidas, se asemejan a lo sucedido en Atenas 2004 y Beijing 2008. Es cierto, fueron otras condiciones y un panorama diferente, marcado en esta ocasión por la Pandemia de Covid-19, que de entrada detuvo las actividades del mundo y el deporte no fue la excepción. Que decir de la incertidumbre que se tuvo desde el momento mismo que fueron pospuestos el año pasado y versiones que hablaban de una cancelación; esto al final no sucedió y la justa veraniega se efectuó, pero eso al final afecto a todos, no solo a los atletas mexicanos.
Con la suma de las cuatro preseas, México suma 73 metales cosechados en participaciones olímpicas. 13 metales de oro, el último obtenido por el fútbol en Londres 2012, 24 de plata como la última que se obtuvo con la marchista Lupita González en Río 2016 y 36 bronces, como las medallas que se cosecharon en Tokio con el tiro con arco mixto, los clavados sincronizados, la halterofilia y el fútbol
¿Cuántas medallas se pudieron obtener? Dicen que el hubiera no existe, pero en el papel de acuerdo a los datos históricos donde nuestro país ha sido potencia, hablaba de al menos dos preseas en tiro con arco, dos en clavados, una en taekwondo y por supuesto que el fútbol. Hasta ahí iban seis, más la de halterofilia con Aremi Fuentes, la que se escapó en gimnasia con Alexa Moreno, fácilmente hablaban que en el papel están 8, no 10 como dijo la saeta de Sonora, convertida en funcionaria federal.
En caso de concretarse, fácilmente se emularía lo hecho en Londres donde se lograron 8 medallas. Pero obvio que los cálculos fallaron y las críticas vinieron al por mayor sobre una administración que de austera y eficaz ha dejado mucho que desear al castigar por esa visión de ahorrar que se tiene desde el gobierno federal y que ha quitado programas como el Fodepar, entre otros presupuestos.
Siempre hemos dicho que no habrá recurso que alcancen, sobre todo porque las necesidades son mayores cada año. Pero al final, una buena administración de los dineros provocará que el gasto sea eficiente y vaya hacia donde en verdad se requiere. En este tema mucho tiene que ver las federaciones que han hecho y desecho el deporte. Vaya que muchos de los males, son por culpa de estos organismos que defienden su autonomía, pero que dependen al 100% de los recursos públicos y que en este año sus procesos selectivos quedaron en entredicho.
Es obvio que todo lo que no suma y al final resta, es un fracaso. Basta ver la cantidad de preseas que se lograron por atletas y entrenadores mexicanos que ahora representan a otros países. Fugas que se han dado principalmente por falta de recursos, diferencias con sus federaciones y autoridad deportivas. No poder retenerlos por equivocar las políticas, es un fracaso.
No dotar de los espacios adecuados para que los atletas realizarán sus entrenamientos de forma idónea, como lo sucedido con Alexa Moreno de gimnasia, es un fracaso, sobre todo al revelarse que para realizar su preparación tuvo que comprar los implementos y poder entrenar. ¿Dónde estuvieron nuestras autoridades deportivas?
Con este caso queda demostrado, que todo atleta que quiere trascender lucha por alcanzar sus metas, la primera es prepararse, estar al 100 y participar en los procesos selectivos. Posteriormente la preparación elevará su exigencia para ser competitivo en el evento meta como lo es Juegos Olímpicos. Por eso no acepto las justificaciones de algunos atletas que con piel sensible, no aceptan la crítica. Es cierto no van a pasear, pero obvio que no lograr la meta de una medalla es un fracaso. Y se que tampoco es fácil llegar a una olimpiada, que se requiere un sacrificio, que al final cada atleta lo toma, porque ama lo que hace y sabe de la exigencia natural que conlleva.
Hoy la participación en Juegos Olímpicos deja un antecedente de lo que no se debe hacer, de dónde hay que reforzar, que se tiene que cambiar, cuál es el rumbo que se tiene que seguir, porque al final, la actividad deportiva no sabe de tiempos políticos, ellos al final tienen un proceso continuo de preparación, qué va desde Campeonatos Mundiales, Juegos Centroamericanos, Panamericanos y París 2024, todo ello deberá de hacerse en tres años.
Ojalá que el proceso a este nuevo ciclo, se caracterice con un trato con sentido humano hacia los atletas. Porque nada se soluciona con premiar a los cuartos lugares, cuando lo que de verdad vale es apoyarlos durante el ciclo de preparación qué tienen, apoyar las gotas, la asistencias a copas mundiales, a series mundiales, con el fin de obtener el tan ansiado fogueo que se da al enfrentar a rivales de alto nivel, que es, al final lo que se enfrentan en una competencia.
Hoy se ha demostrado que la calidad de los atletas mexicanos es alta, que han trascendido quienes han luchado y peleado de tu a tu con las potencias, como ejemplo están los clavados y tiro con arco que ya son considerados como rivales a vencer ¿A poco en otros deportes no se puede lograr? Obvio que si.
Chica dorada
Y antes de cerrar esta columna, aprovecho para felicitar a Natalia Padilla, judocas tlaxcalteca que logró medalla de oro en el Campeonato Panamericano Juvenil celebrado en Cali, Colombia. Enhorabuena para la destacada deportista que mantiene buenos resultados, al recordar que fue medalla de plata en los pasados Juegos Nacionales Conade 2021. Ahí un ejemplo más de que el querer, es poder ¿O no?
Comentarios para esta columna que no acepta los fracasos al correo detriunfosyfracasos@hotmail.com