Por Jair Torreblanca Patiño
El panorama que los Coyotes de Tlaxcala viven en la Liga de Expansión es de preocupar. Basta con revisar los resultados y nos daremos cuenta que en seis partidos jugador, el equipo ya tiene 4 derrotas al hilo, un empate y una victoria.
Quién lo diría que después del triunfo en la jornada 1 ante Cimarrones de Sonora, las cosas cambiarían para mal. Hoy no son la sombra de lo que en ese partido fueron. Tuvieron buen toque de balón, generaron jugadas de peligro y hasta hubo gol, algo de lo cual había crecido el plantel en el pasado torneo.
Esta actuación género expectativas, de hecho hizo creer que la directriz de Jorge Villapaldo era la adecuada al demostrar que los resultados al tomar la estafeta de su antecesor no fueron producto de la casualidad, de hecho hasta hizo pensar en una historia de triunfos y un equipo protagonista.
Al final esto fue solo un espejismo. En los siguientes duelos el equipo mostró un rostro conocido, el del sufrimiento, de la falta de fútbol, errores defensivos y cero contundencia. ¿Qué pasó? Sin duda responder está interrogante es difícil, porque uno como aficionado, se imagina situaciones que quizás disten de una realidad que se vive en los entrenamientos y el vestidor.
Resulta imposible de creer, que un equipo cambie su fisonomía futbolística de un partido a otro. Es bien sabido que hay factores que pueden modificar una estrategia, pero pasar de la gloria al infierno en un solo paso, no. Porque uno entiende que conforme avanzan las jornadas, los equipos mejores y aquí con los Coyotes ha sucedido todo lo contrario.
Cómo explicar que en un santiamén cambie un funcionamiento, el rostro que se muestre sea el que ya se conocí: un equipo que en la cancha mostró falta de argumentos para generar alguna jugada de peligro., errores en la zaga y para colmo la afición ávida de triunfos, ya no soporte una derrota más y alce la voz para pedir la destitución del estratega.
Es cierto en toda crisis el hilo se rompe por lo más débil como el caso de un técnico. Pero donde está la responsabilidad de los jugadores, que no logran entender el sistema. Porque puede haber uno, dos, tres errores, pero hacer de estos una constante, vaya que pone a pensar sobre la situación que vive los Coyotes.
Por lo pronto viene una salima más ante el nivel equipo La Paz, donde se espera aprovechen esta situación para regresarle los pulsos al paciente que está en terapia intensiva y que espera regresar a la vida. Ojalá para la jornada siete se logre.
Carrera roja
Al cierre de la elaboración de esta columna nos enteramos del saldo rojo que dejo la carrera de carcachas en su edición 50 con una persona fallecida y par de heridos, de acuerdo al reporte oficial. Cómo hemos dicho en este espacio, este evento improvisado se mantiene a pesar del riesgo que representa.
Se podrá decir que los 59 años lo avalan, pero es lamentable que a lo largo del tiempo de su desarrollo, se hable de estos resultados tragicos y no de los logros para salvaguardar la integridad física de un público que en esta ocasión abarrotó un circuito ávido de adrenalina al pasar dos años sin estos eventos.
Para la próxima columna hablaré a detalle de un tema que hemos criticado su realización por las formas y fondos de realización. Siempre será cuestionable que un evento al que se acude a divertirse tenga un desenlace fatal por tener al frente de este espectáculo a improvisados al volante ¿o no?
Comentarios para esta columna que está @#_@#&$@ por lo de Huamantla al correo detriunfosyfracasos@hotmail.com