Por: Jair Torreblanca Patiño

México quedó fuera en la fase de grupos del mundial de Qatar. Fue un regreso a la realidad dolorosa. Pese a los cuestionamientos que se tenían del desempeño del tri desde antes de que iniciara la justa mundialista, en el desarrollo de la competencia se mostraron tintes de un buen juego ante Polonia para después entregar el partido con Argentina.

Llegó el partido ante Arabia, donde las combinaciones de resultados no eran favorables para la selección nacional, debido a que la falta de gol provocaba que la necesidad de ellos, se viera como una misión imposible. De entrada la credibilidad estaba en los suelos de ahí que en el mismo estadio Lusail los mexicanos comenzaron a vender sus boletos.

Lo que vimos en el partido fue una entrega total. La alineación fue similar a la que se tuvo ante Polonia, solo con la incorporación de Orbelin Pineda. Sin duda el equipo salió con todo, pero parece que la historia se repetiría, porque en el primer tiempo el marcador no se movió. Aunque había esperanza porque el plantel se había plantado bien.

Un segundo tiempo de alarido, donde por fin llegó el gol, ese grito que se había ahogado en los dos partidos anteriores, en esta ocasión llegó por parte de Henry Martín, que abrió las esperanzas de lograr la hazaña. Después el tiro libre de Luis Álvarez que hizo saltar a todos por estar cerca de lograr el objetivo de sumar más de dos goles. PYa para este momento los incrédulos se rendían ante la representación tricolor.

Dos goles, que estuvieron en fuera de lugar. El gol válido no llego y con ello el sueño se avanzar, se negó. Porque el tiempo terminó y la anotación esperada no llego… Está vez no se jugó como nunca y se perdía como siempre. No, en esta ocasión se jugó como nunca y se ganó, pero hizo falta otro gol para tener el pase

Lo que son las cosas, hoy con similar logro en las últimas copas del mundo con un triunfo, un empate y una derrota. México no pudo mantener el pase a octavos de final, llegar al cuarto partido. En esta ocasión la historia les recordó lo acontecido en el mundial de Argentina 78, donde la participación solo alcanzó para tres partidos. Lo que vino, son los cuestionamientos de siempre, en busca de culpables.

El primero que dio un lado de costado fue el técnico Gerardo Martino. Principal autor intelectual del fracaso mexicano. Pero que pasa despues de una temporada donde el fútbol mexicano perdió todo y no logró clasificar a Juegos Olímpicos, no se acudió a la copa del mundo femenil y se perdieron todas las copas donde se presentaron. El gigante de la Concacaf había perdido este mote.

Hoy voces han sobrado para cuestionar este actuar. Que sin duda tocó fondo con este resultado. Hasta la imagen presidencial dio su punto de vista. Vaya que había tela de dónde cortar, sobre todo ahora que el proceso va enfocado a la meta del 2026, el mundial tripartita que se hará con los vecinos del norte. Qué hacer, cómo lograr una revolución futbolística, cuando falta poco para generar una camada de nuevos valores.

Un cambio generacional se requiere para salir de este cisma de fracasos que se han acumulado en corto tiempo. De dónde sacar jugadores que marquen diferencia, porque se comprobó que ahora la legión extranjera, no marcó diferencia en esta competencia. A qué lugar recurrir para encontrar goleadores natos que cuando se necesiten, salgan a resolver un marcador.

Hoy se cuestiona la forma de desarrollar un torneo, cuando esté cambio debido a la pandemia. Se pide el regreso de los minutos para alinear a jóvenes. Si, pero bajo un concepto formativo, no como obligación para los equipos que vimos que muchos alinearon por el simple hecho de cumplir y no con el objetivo de formar a nuevos valores del balompie nacional.

La lección que ha dejado el incorporar cada vez más a jugadores extranjeros, se muestra en la carencia de jugadores en determinadas posiciones, como les pasó a las ligas de España, Inglaterra, Francia, que dieron entrada a muchos jugadores y convertirlos en ciudadanos legales, con el fin de poder jugar como locales. Hoy en Médico no se ha llegado a este grado, pero con el simple hecho de ampliar el número de ellos en un partido, casi es lo mismo.

Hoy se necesitan tomar cartas en el asunto. Y no como sucede cada cuatro años, con las promesas desgastadas de hacer un cambio ahora sí… Lo que si es real, es que el fútbol mexicano han ido a la baja. Vemos avances importantes en desempeños de selecciones asiáticas cómo la de Japón y Corea que son competitivos, en cambio los equipos que integran a la Concacaf, fueron protagonistas de sendos fracasos. Ojalá dentro de cuatro años hablemos de crecimiento y no de un fracaso más para engrosar la estadística negativa ¿o no?

Comentarios para esta columna Mundialista al correo detriunfosyfracasos@hotmail.com

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