Páginas del pasado

Bandolero

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El bandidaje es un fenómeno social notablemente uniforme a través de diferentes épocas y distintos países. Desde la perspectiva de la ley, quien actúe solo o per-tenezca a un grupo de hombres que roban utilizando cualquier tipo de violencia, es un bandido. El modelo del bandido por excelencia fue Robin Hood, aquel que rababa a los ricos para darlo a los pobres.

A través del tiempo y en diferentes culturas han existido personajes que destaca-ron por sus cualidades. Lo mismo fueron alabados que descalificados por sus acciones, a tal grado que han sido elevados a la fama o borrados de la historia. La lista es tan vasta que sería largo enumerarlos, pero, aun así, estos personajes si-guen existiendo, pues son guía de la sociedad por sus aciertos o criticados por sus fallas, pero eso sí, están en boca de todos.

Sirvan estas palabras como introducción para presentar un fenómeno social que ha impactado en varios países, el bandolerismo. En esta categoría entran hom-bres que actúan fuera de la ley a los que el estado considera como criminales, pero ante el pueblo son vistos como héroes, aquellos que luchan por la justicia, que cubren los vacíos que dejan las autoridades para satisfacer las necesidades de la sociedad. Así como existen países, existen ejemplos de estos personajes en el mundo. De manera particular, Tlaxcala tiene su representante en la figura del bandido de la época porfirista, Jesús Arriaga, alías Chucho El Roto.

Un problema para las autoridades de la nación mexicana durante la segunda mi-tad del siglo XIX, fue el bandidaje. Para comprender este fenómeno, es importante señalar que la falta de educación, el desempleo y la corrupción, son algunas de las causas por las cuales los hombres trasgreden la ley y se convierten en bandi-dos. Se puede analizar a muchos los personajes desde el concepto de bandido, tanto reales como ficticios, ya que sus vidas han sido representadas en diferentes medios como la novela, la radio novela, la televisión y el cine.

Ante esta situación, el concepto de delincuencia, que, utilizado de forma genéri-ca, contempla todo tipo de infracción cometida por un hombre quien, como con-secuencia de dicha acción, se aparta de las normas de la sociedad en la que se desenvuelve. Se contemplan en esta categoría a los ladrones, rateros, asaltantes, defraudadores, criminales, etc., sin considerar la forma en que actúan ni las cir-cunstancias que los lleva a ello.

Primeramente, los bandoleros han sido considerados como una forma de protesta social organizada, que muchas veces se encuentran protegidos por los pobres, que le consideran su defensor, lo idealizan y lo convierten en un héroe. De esta manera el propio bandido trata de vivir conforme a su papel, aun cuando no sea rebelde social consciente. Así pues, las actividades de estos personajes se desenvuelven en el ámbito rural y en la ciudad.

La actitud de los bandidos puede describirse, como aquellos hombres que hacen algo que la sociedad no considera delictivo, pero es diferente ante las autorida-des, ya que para la justicia es un personaje que ha quebrantado alguna ley de manera voluntaria y a sabiendas, en perjuicio u ofensa para la sociedad o de al-guno de sus individuos.
Para comprender la figura de Chucho El roto, se toman algunos fragmentos de su vida y pensamiento. Jesús Arriaga fue un ladrón en grande, que roba y maltrata a los ladrones los ricos, en sus bancos, en sus palacios, en sus tesoros. En sus palabras, él manejará la caridad y repartirá la riqueza, va a ser justicia y retribu-ción, no robo.

Los hacendados, comerciantes, usureros, industriales son los nuevos enemigos de todos. Son dueños de las herramientas, las compran y ellos, los trabajadores, las usan. Nada más saben explotar. Existe la lucha de clases y la burguesía, así mismo existen las huelgas y de los sindicatos. El pueblo es el proletariado, es la fuerza de trabajo.

La sociedad está dividida, los ricos roban a los pobres. Jesús Arriaga leyó sobre el socialismo, que los trabajadores unidos serán la fuerza más grande de la tierra, pero piensa que los sindicatos terminarán por explotar también a sus obreros. Quiere cambiar las cosas en la medida de sus fuerzas, cosas pequeñas, hasta donde le alcance la imaginación: esto es robando.

Salta a la vista una cuestión, porqué una persona que transgrede las leyes se vuelve bandido. La carrera de un bandolero empieza casi siempre por un inciden-te, que de por sí no es grave. Los delitos pueden ser desde un cargo de origen policíaco por alguna infracción, hasta una acción contra otra persona. También se considera un falso testimonio, un error o una intriga judicial o una sentencia injusta de cárcel.

Para ampliar el panorama, se toma un ejemplo de la literatura mexicana, particu-larmente de una novela costumbrista del siglo XIX, Los bandidos de Río Frío de Manuel Payno. Se hablará de Evaristo, un artesano de la Ciudad de México que accidentalmente le quita la vida a su esposa, temiendo ser acusado por los demás habitantes de la vecindad escapa.

Después de establecerse en la Hacienda de los Coyotes y lograr una buena fama en la región se dedicó a vigilar las casas de Chalco. Cuando fue descubierto y al verse en una situación difícil logra escapar y jura vengarse.

En diferentes épocas el ámbito rural genera pocas oportunidades de trabajo, por lo que muchos de sus habitantes optan por una migración estacional. Por ejem-plo, la Hacienda de los Coyotes es un lugar al que llegan cuadrillas de campesi-nos para emplearse temporalmente. Las actividades agropecuarias son muy es-casas, y con el paso de los meses, fueron estos personajes los principales miem-bros de la cuadrilla que más tarde asaltaría el camino de Río Frío.

Otra forma de hacerse proscritos es cuando por una u otra razón no quedan inte-grados a la sociedad y se ven forzados, por tanto, a formas marginadas y fuera de la ley. Esta categoría se ejemplifica con los soldados desertores.

Cuando Juan Robreño se ve obligado a desertar, escapa y se mantiene huyendo por varias zonas del país, hasta que se enrola en el grupo de delincuentes de Re-lumbrón y se dedica a asaltar las haciendas de Tierra Caliente con su cuadrilla.

Existe otra categoría en la que se consideran a los que actúan individualmente y su situación de bandidos es voluntaria. Consiste en los hombres que se niegan a asumir un rol social de campesino o citadino. Los testarudos y recalcitrantes re-beldes individuales son, según frases populares, “los que se hacen respetar”.

Diferentes hombres que interactúan en los ámbitos de la sociedad pueden ser analizados a través de estos modelos de explicación. En este caso, la literatura mexicana es basta que ofrece un sinfín de retratos y oportunidades para com-prender a la sociedad de una época determinada. Reales o ficticios seguirán exis-tiendo diferentes personajes, bandidos, ladrones o delincuentes, incluso narco-traficantes, que siempre darán de qué hablar.

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