La salud mental, igual que la salud física, determina el bienestar humano y hoy el sistema de salud se transforma en el país con el rediseño de procesos que llevarán a cerrar la brecha que existe para dar paso a la correcta atención a través de una sinergia interinstitucional.
El enfoque comunitario de la atención a la salud mental y adicciones incluye la promoción integral, que permite a la población acceder a servicios de forma universal y gratuita.
Subrayó que la pandemia de Covid-19 determinó y desencadenó problemas de salud mental, debido al largo confinamiento, el miedo, la incertidumbre, la pérdida de seres queridos. “Los estragos en la salud mental pueden ser uno de los efectos más importantes a largo plazo y ha hecho visible lo indescriptible, como la ansiedad y la depresión”.
Precisó que el plan debe incluir la profesionalización de recursos humanos en los tres niveles de atención para aumentar la calidad de los servicios de salud mental y adicciones través de un diagnóstico temprano con claridad en los protocolos, decisiones estratégicas y operativas.
Este gran reto, dijo, requiere trabajo colaborativo, basado en derechos humanos, equidad y perspectiva de género para superar los desafíos existentes y atender la creciente demanda por parte de la población mexicana.
El lanzamiento del Plan Sectorial de Salud Mental y Adicciones es uno “de los varios ejemplos de lo que podemos hacer y sus avances, con miras a unificar el sistema fragmentado y atender todas y todos a quienes más lo necesitan, como son las personas sin seguridad social”, puntualizó.