En celebración religiosa desde la comunidad de Ocotlán, el obispo Julio César Salcedo Aquino, dijo que el primer día del año es una celebración del dios de la salud, del gozo, de la alegría en las familias.

“En este primer día del año, dios se presenta como el dios que bendice. Hoy venimos con disposición para decir gracias por el año que terminó y por los dones recibidos”.

Recordó que en los pasajes de la historia de la virgen de Ocotlán se recuerda la creación de vida, la preocupación de la salud de los enfermos y la procuración de la prosperidad y cuidado de los que menos tienen.

De ahí que el su oración emitida a quienes acudieron este primero de enero a recibir la bendición por parte del obispo, se enfocó a las familias, a la salud de los enfermos, al trayecto seguro de las familias migrantes y a la dicha de los tlaxcaltecas.

También invitó a continuar con el legado de la iglesia católica para el apoyo de los semejantes.

Previo a la bendición de año nuevo, Salcedo Aquino llevó a cabo la renovación de los votos bautismales a los fieles que se dieron cita a la basílica de Ocotlán este primero de enero.

Finalmente, las familias y personas que acudieron recibieron la bendición de inicio de año, misma que se acostumbra con ostias, vino de consagrar, velas de distintos colores y tamaños, ramos de rosas, entre otros artículos religiosos.

Cabe hacer mención que a esta celebración eucarística acudieron mayordomías provenientes de Atlahapa, Chiautempan y algunas comunidades que comprenden al municipio sarapero.

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