Anualmente el 30 de enero se conmemora el Día del Croissant, que tiene como objetivo reconocer esta pieza de panadería consumida en todo el mundo. Su ingreso a territorio mexicano se puede rastrear hasta la Segunda Intervención Francesa.
Ya que, en conjunto con los militares extranjeros, llegaron cocineros, confiteros y pasteleros para que se adoptaran sus técnicas y conocimientos.
Su éxito se atribuye a que la materia primordial para la elaboración de croissants es la harina de trigo y dicho cereal formó parte de los cultivos que los españoles introdujeron al país desde su llegada.
Aún en la actualidad la presencia de croissants en las panaderías del país suele ser un claro indicador de como se encuentra su producción de trigo al ser un favorito de las panaderías nacionales.
En Tlaxcala durante el ciclo agrícola primavera-verano 2020, la producción de trigo ascendió a 95 mil 850 toneladas, por cada 33 mil 713 hectáreas sembradas; demostrando la conexión que existe entre agricultura y panadería.
A pesar de que no se sabe el origen exacto del croissant, la leyenda más popular apunta a que estando sitiada la ciudad de Viena por los turcos en 1683, un panadero que trabajaba de noche para dar alimento a los defensores, escucho ruidos en los túneles, resultaron ser un intento turco de invasión, se voló el túnel y como recompensa el panadero pidió la exclusividad para hornear un pan en forma de media luna: El Croissant.