Este 13 de mayo, se llevó a cabo, en el Patio Vitral del Congreso del estado, el primer Foro Popular la Fiesta de los Toros, un patrimonio cultural de estado de Tlaxcala, acción que tiene como principal objetivo, la salvaguarda de la tauromaquia.
Como parte de este evento, fue Luis Mariano Andalco López, el encargado de dar la bienvenida a los ponentes, quienes, desde su perspectiva, expresaron lo valioso que es este arte en el que se conjugan un toro y un torero.
“Tenemos 39 ganaderías, siete de ellas son centenarias y en total, las ganaderías ocupan un 12 por ciento del territorio tlaxcalteca, lo que representa un gran pulmón para el estado “, comentó Luis Mariano Andalco.
En este sentido, aplaudió que el Congreso de estado abriera sus puertas a la comunidad taurina, así como agradecer a aquellos legisladores que se han sumado a la defensa de este arte que atrae turismo, economía, trabajo y bienestar para las familias.
En su intervención, el matador de toros, Uriel Moreno “El Zapata”, recordó con datos históricos, el surgimiento de la fiesta brava en el estado de Tlaxcala, que, en el periodo virreinal, ya se tenía noción de la tauromaquia de un modo particular, además de que los primeros eventos taurinos se desarrollaron en la parte baja del Conjunto Conventual de Nuestra Señora de la Asunción, donde hoy se puede apreciar la plaza de toros, Jorge Aguilar “El Ranchero”.
“Cuando fue la fiesta de San Antonio de Padua, en jueves 13 de junio de 1620, un barbero español murió, fue a pelearse cuando hubo un tlamiminohuac (era como los tlaxcaltecas identificaban la fiesta de los toros), término náhuatl que en la traducción literal sería la muerte a flechazos de un animal con cornamenta”.
Asimismo, recordó la colonización de las 400 familias hacía el norte y el sur del país, que no solo poblaron, sino que llevaron con ellos su cultura y hoy en día los estados de Nuevo León, Coahuila, San Luis Potosí, Zacatecas y Jalisco tiene un gran arraigo de más de 400 años con la fiesta brava.
Por su parte, el padre Ranulfo Rojas Bretón, dijo que la fiesta brava ha sido un tema recurrente y en boca de muchos, “seguramente por la Ley de Bienestar Animal y la ley de corridas de toros sin violencia en la Ciudad de México”.
Leyes que dijo, buscan la prohibición del uso de animales en eventos con fines de lucro, iniciativas que dijo, no deberían preocupar a Tlaxcala ya que hace más de 10 años, la fiesta de los toros es patrimonio cultural.
“Es un deber de los pueblos, cuidar y proteger sus derechos humanos y entre ellos de sus tradiciones y su cultura. Sin embargo, la ola de esta modernidad que presenta una visión reducida, se escandaliza de los últimos minutos de vida de un toro bravo en una plaza, pero omiten los dos millones 102 400 minutos que el toro bravo es cuidado de manera especial para llevar a esos 20 últimos minutos”.
Señaló que existe la doble moral en señalar y criticar lo visible de la muerte de un toro bravo en la plaza, pero evita llevar su mirada a la muerte de reces en los rastros, acto que a todas luces no representa dignidad ni cuidados.
Otro de los ponentes, Ricardo Antonio Silva Díaz, abordó el tema de la fiesta brava desde otro punto de vista, pues dijo, al ser capitalino, lo que hace en Tlaxcala es aprender sobre los elementos centenarios y argumentos legales en pro de la fiesta, aspectos que se han dejado de lado en la Ciudad de México.
“Mucho se puede hacer sobre lo que México tiene que aprenderle a Tlaxcala sobre la fiesta brava y sobre lo que implica el toro de lidia y la cultura y el arte alrededor de la tauromaquia”.
Aseguró que Tlaxcala una vez más debe ser ejemplo de lo que se debe hacer para favorecer a la fiesta brava a nivel nacional.
Especificó que en la capital del país han tratado de derrotar la cultura y la fiesta taurina desde el Congreso de la Ciudad y quienes defienden el entorno bravo, no han sabido abordar los argumentos necesarios para frenar estas acciones que laceran a la tauromaquia
“En la Ciudad no tenemos campo bravo, no hubo suficiente fuerza ganadera que explicara sobre el bienestar animal y es una trampa que hace pensar que todo debe ser como en la Ciudad de México”.
Dijo que es importante recordar que el país está compuesto como federación y dejar de lado el centralismo para evitar que las leyes salgan desde la CDMX porque no todo lo que se propone y sale de ahí, es correcto e idóneo para el resto de los estados.