Como consecuencia de la reforma político electoral aprobada en México en el año 2014, hay voces que afirman que en nuestro país tenemos un nuevo sistema para organizar los comicios.

Antes de las modificaciones constitucionales y legales a que hice referencia en el párrafo precedente, en México había 33 sistemas electorales, uno por cada entidad federativa y el sistema federal por el cual eran elegidos el Presidente de la República, los senadores y los diputados al Congreso de la Unión.

Las legislaciones locales, sentaban las bases de organización de las elecciones en cada estado y en la Ciudad de México, no había un eje articulador entre ellas y existían profundas asimetrías normativas y de carácter operativo en el desarrollo de cada proceso electoral.

Uno de los propósitos más importantes de la citada reforma fue homogeneizar la calidad de los comicios federales con los que eran organizados en cada una de las entidades del país, para lo cual se emitió una ley general, la de instituciones y procedimientos electorales, que vino a sustituir al viejo COFIPE, cuya observancia, por su misma naturaleza, se hizo obligatoria para los órganos electorales locales.

A la nueva autoridad nacional, que sustituyó al IFE, se le dotó de nuevas atribuciones que inciden de manera directa en la organización de las elecciones para gobernador, diputados y ayuntamientos.

De esta forma, hoy el INE puede asumir la organización de una elección local en su conjunto, puede atraer a su férula de facultades los temas que considere necesarios para dictar lineamientos de cumplimiento obligatorio para las autoridades locales y puede delegar en ellas determinadas atribuciones.

Por su parte, los organismos públicos locales electorales conservaron su autonomía y definieron en el nuevo diseño constitucional y legal su marco competencial.

Este nuevo marco jurídico, obliga a que cada autoridad, la local y la nacional, cumplan de manera cabal y coordinada con sus atribuciones para garantizar a los ciudadanos el ejercicio de sus derechos políticos.

Entre las 74 nuevas facultades del INE, muchas de las cuales tienen que ver con las elecciones locales, destacan la capacitación de los ciudadanos que integrarán las mesas directivas de casilla, la delimitación de los distritos electorales locales y la compleja fiscalización de los recursos de partidos y candidatos.

Lo expuesto en este artículo nos permite afirmar que la reforma de 2014 trajo consigo un nuevo sistema electoral mexicano que, bajo la rectoría del INE y el respeto a la autonomía de los OPLES, tendrá su prueba de mayor calado en la elección de 2018, en que habrá, además de la elección federal, elecciones coincidentes en el 30 estados del país.

Vocal ejecutivo del INE en Puebla