Apenas 24 horas después de los países de la OPEP+ llegasen a un acuerdo para reducir su producción petrolera en un 23 %, un pacto condicionado a la aceptación de un recorte por parte de México, los ministros de Energía del G20 mantuvieron este viernes una larga reunión que concluyó sin avances en el pacto.

La pandemia mundial del coronavirus y la guerra de precios iniciada en marzo entre Rusia y Arabia Saudíta tras no lograr un consenso para mantener las rebajas en la producción de crudo en el marco de la OPEP+ han hundido el coste del barril a sus niveles mínimos en dos décadas.

Sin embargo, y pese a que el jueves en el marco de la OPEP + se alcanzó un compromiso para mantener limitados los suministros durante dos años, con una reducción inicial de 10 millones de barriles para mayo y junio, los productores siguen teniendo diferencias.

Esas diferencias hicieron que la declaración final de la reunión del G20 no saliera hasta 11 horas después del inicio de la reunión telemática y que el texto apenas recogiera formalidades de promesas de compromiso y ningún avance concreto.

UN COMUNICADO GENERAL

El comunicado de la reunión recoge la coincidencia entre los países del G20 en la necesidad de asegurar la estabilidad a los mercados de energía para el bienestar y aguante de todos los países en todas las fases de recuperación a la actual crisis.

También reiteran su compromiso a trabajar juntos «con espíritu de solidaridad» para lograr acciones concretas e inmediatas en este momento de emergencia internacional sin precedentes.

«Reconocemos el compromiso de algunos productores para estabilizar los mercados de energía. Advertimos de la importancia de la cooperación internacional para asegurar la resistencia de los sistemas de energía», señalan en lo más llamativo de un texto lleno de generalidades.

Algunas de ellas ya fueron expresadas por el ministro de Energía de Arabia Saudí, Abdel Abdulaziz bin Salman, quien advirtió en su discurso inaugural de que para que la economía mundial se recupere hará falta un abastecimiento energético «asequible».

MÉXICO Y UN ACUERDO DEFINITIVO

El acuerdo alcanzado el jueves por la OPEP+ supone un compromiso para mantener limitados los suministros durante dos años, con un plan escalonado: la reducción de 10 mbd regiría en mayo y junio próximos, bajaría a 8 mbd entre julio y diciembre, y a 6 mbd entre enero de 2021 y abril de 2022.

La entrada en vigor del pacto quedó anoche condicionada a la participación de México, que hoy se sumó a la iniciativa pero con un recorte lejano de los 400.000 barriles que se le pedía, una discrepancia que planeó el viernes sobre la reunión del G20.

El presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, aseguró este viernes que su país se ha sumado al pacto pero con una disminución de sólo 100.000 barriles diarios y tras acordar también con Estados Unidos, que en compensación bajará un poco más su producción.

Los países de la OPEP no están de acuerdo con esta reducción y han dejado escapar su contrariedad.

En declaraciones recogidas por la cadena estatal Al Ijbariya, el titular de Energía saudí llamó al G20 y a México, a cuya participación quedó anoche condicionado el acuerdo de la OPEP+, a «tomar medidas excepcionales para la estabilidad del mercado de petróleo».

El ministro ruso de Energía, Alexander Novak, afirmó en declaraciones a la televisión estatal rusa que espera un recorte adicional de 5 millones de barriles diarios por parte de países productores de petróleo que no forman parte de la OPEP+.

Arabia Saudí y Rusia se habían enzarzado en una guerra de precios después de que Moscú se negase a ampliar el plan de reducción de la producción petrolera en 1,5 millones de barriles que expiraba a finales de marzo, y parecen haber superado ya sus diferencias.

Ahora falta superar las de los demás.