La aviación rusa acabó este lunes con la vida de 78 islamistas de la Legión del Levante, un grupo respaldado por Turquía, e hirió a casi un centenar más en la provincial siria de Idlib, en su bombardeo más letal desde que comenzó a intervenir en el país árabe hace cinco años.
El ataque aéreo contra un cuartel en Jabal al Duwaila, en el noroeste de Idlib, último bastión opositor en Siria, es también el de mayor envergadura por parte del principal aliado del Gobierno de Bachar al Asad desde que el pasado marzo pactara un alto el fuego en la región con Turquía, valedora de la oposición.
Según el último balance ofrecido por el Observatorio Sirio de Derechos Humanos, la acción ha causado al menos 78 bajas en las filas de la Legión del Levante, un grupo islamista parte de la coalición rebelde suní Frente Nacional para la Liberación y que opera en Idlib con el beneplácito de Ankara.
La organización, con sede en el Reino Unido y una amplia red de colaboradores sobre el terreno, estima que en el cuartel estaban presentes unas 180 combatientes e instructores del grupo que participaban en una ceremonia de graduación del grupo, de acuerdo con un comunicado.
Una fuente militar siria que pidió el anonimato confirmó a Efe que cazas rusos atacaron este lunes un campamento de facciones armadas en el área de Jabal al Duwaila y precisó que hace dos días ya habían bombardeado objetivos de las milicias leales a Turquía en otros puntos del norte del país.
El director del Observatorio, Rami Abderrahman, aseguró a Efe que este es el bombardeo de mayor envergadura por parte de la aviación de Moscú en los últimos cinco años, un extremo que también respaldó en declaraciones a Efe el portavoz del Frente Nacional para la Liberación, Naji Mustafa.
Según el observatorio, «miles» de vecinos de la ciudad de Idlib, capital de la provincia homónima, participaron en un funeral por las decenas de combatientes de la Legión del Levante fallecidos en el ataque.
Ni Ankara, ni Damasco ni Moscú se han pronunciado hasta ahora de forma oficial sobre la acción aérea.
El bombardeo se produjo días después de que las tropas turcas, valedoras de la oposición, se retirasen de uno de los puestos de observación que mantienen en torno a la provincia, asediada desde hacía meses por las fuerzas sirias.
VIOLACIÓN DEL ALTO EL FUEGO
«Las fuerzas de la ocupación rusas se están esforzando en sabotear el último acuerdo firmado entre la parte turca y la parte rusa con estas violaciones y escaladas», afirmó Mustafa.
El cese el fuego pactado hace siete meses por Moscú y Ankara detuvo la ofensiva lanzada un año antes por Damasco, con apoyo de Rusia, para retomar Idlib y algunas áreas de sus alrededores controladas por facciones opositoras e islamistas.
Idlib está prácticamente controlada por el Organismo de Liberación del Levante, en el que se incluye la exfilial siria de Al Qaeda denominada antiguamente Frente al Nusra, además de una serie de facciones apoyadas por Turquía.
La administración civil en Idlib no reconocida por Damasco condenó el bombardeo ruso al considerarlo una continuación de su política de violar «todas» las treguas y altos el fuego.
Agregó que el ataque supone un nuevo paso «peligroso» en la línea de «criminalidad, asesinatos y destrucción» de Rusia en el país árabe, donde interviene en apoyo del Gobierno desde hace cinco años.
Al tiempo que criticó los ataques «diarios» de las tropas leales a Al Asad y sus aliados rusos contra objetivos civiles, Mustafa, por su parte, anunció que el Frente Nacional para la Liberación ha comenzado a responder al bombardeo de hoy con ataques con misiles y morteros contra sus posiciones.
«La respuesta no estará limitada a este objetivo, sino que continuará y se intensificará y será fuerte, si Dios quiere, como una venganza por nuestros mártires», concluyó.