La Ciudad de México enfrenta su peor sequía en 30 años y mientras en la zona urbana se lucha para combatir las fugas en las que se desperdicia el 40% del agua, los productores de las alcaldías rurales de la Ciudad sortean su propia batalla buscando agua hasta debajo de las piedras para no perder sus cultivos.
Según datos oficiales, cada año el promedio de lluvia acumulada es de 800 milímetros por metro cuadrado, sin embargo, en los últimos años se ha registrado una disminución de este promedio tocando fondo en 2020 cuando la precipitación acumulada se ubicó en 582.6 milímetros por metro cuadrado.
Un nivel tan bajo de lluvias no se había registrado en la CDMX desde 1996 cuando se tuvo una precipitación acumulada de 580 milímetros por metro cuadrado.
Aunque las pipas con agua tratada que les envía la Alcaldía son de ayuda, Juan pide que se invierta en otros apoyos como tener riego por goteo y para ello se requiere que les auxilien en la construcción de colectores de lluvia o de piletas en donde permanentemente tengan agua tratada para enfrentar los días de sequía. De no hacerlo, advirtió que podría perder su inversión y tendría que ir a la Central de Abasto a vender el kilo de brócoli a 2 pesos -como ya lo ha tenido que hacer- y no a 7 pesos con lo que recupera si inversión y gana un dinero extra para llevar alimento a su hogar.