El movimiento islamista Hamás, que controla Gaza y se enfrentó el pasado mes con Israel en una fuerte escalada bélica, llamó a un Día de la Ira este martes para protestar contra la marcha ultranacionalista israelí prevista ese día por la Ciudad Vieja de Jerusalén, lo que podría exacerbar la tensión.

«Que el próximo martes sea un día de movilización y unión hacia la mezquita de al Aqsa, un día de ira y de desafío al ocupante» israelí, declaró en un comunicado un portavoz del grupo, que instó a los palestinos de Jerusalén Este a manifestarse en la Explanada de las Mezquitas -tercer lugar más sagrado del islam- y las calles de la Ciudad Vieja, en la parte oriental de la urbe ocupada por Israel.

Grupos de ultranacionalistas judíos tienen previsto marchar mañana por esta zona de la ciudad en una polémica movilización que busca reivindicar la soberanía israelí sobre este área de la ciudad y emula «el baile de las banderas«, que se celebra anualmente por el Día de Jerusalén, cuando los israelíes conmemoran lo que consideran la reunificación de la urbe en 1967, que para los palestinos marca el inicio de la ocupación.

Este año esa conmemoración fue el 10 de mayo, cuando el desfile se vio interrumpido al sonar las alarmas antiaéreas en Jerusalén por los cohetes lanzados desde Gaza por Hamás, que consideró una provocación el evento y otros sucesos como la represión policial israelí en lugares como la Mezquita de Al Aqsa, lo que desencadenó en una escalada bélica de once días que dejó 255 muertos en la Franja y 13 en Israel.

Sus organizadores convocaron de nuevo el desfile el pasado jueves, pero las autoridades lo postergaron hasta este martes ante temores de que pudiera agravar las tensiones e inestabilidad con palestinos de la región y las milicias de Gaza, como ocurrió en mayo.

El hecho de que mañana se quiera repetir la movilización supone el primer reto del nuevo gobierno israelí liderado por el ultranacionalista Naftali Benet, quien ha advertido de que no dudará en responder con la fuerza si Israel recibe ataques de Hamás.

El nuevo ministro de Seguridad Pública, Omer Bar-Lev, debe reunirse hoy con la Policía para realizar una última evaluación de la situación antes de la marcha.

A la espera de posibles cambios, se prevé que se permita desfilar a los congregados ante la Puerta de Damasco, principal entrada a la Ciudad Vieja y uno de los delicados focos de tensión entre palestinos y fuerzas israelíes de los últimos meses, pero sin acceder por ella.

Según alertó hoy Abdelatif Al Qanoua, portavoz de Hamás en Gaza, el desfile podría ser «el detonador de una nueva batalla«.

El primer ministro de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), Mohamed Shtayeh, advirtió también hoy a Israel sobre «las peligrosas repercusiones» de la marcha, que calificó de «provocadora«.