El gobierno de México protestó este viernes contra una subasta en París de bienes prehispánicos, que según la embajadora en Francia, Blanca Jiménez Cisneros, pertenecen al Estado mexicano y al ser puestos a la venta fomentan el pillaje.

«México reitera su rechazo a la venta en el extranjero de objetos culturales prehispánicos mexicanos que bajo la legislación vigente en nuestra jurisdicción nacional son propiedad de la nación, inalienables e imprescriptibles«, afirmó la representante diplomática a la prensa.

La legación mexicana ha enviado con ese motivo una nota verbal al Ministerio francés de Exteriores con un dictamen del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) para que se investigue la legalidad de esos bienes prehispánicos.

Desde la embajada se ha escrito también a Millon, la casa que organizó este viernes la subasta, y a Drouot, la firma que la emitió en línea.

La venta incluyó 381 lotes con piezas de arte primitivo de varios continentes y decenas de objetos procedentes de países latinoamericanos como Perú, Colombia y Costa Rica, que no se han pronunciado al respecto, afirmó Millon. De ellos, más de una decena procedían de México.

Se adjudicaron por precios que se movieron en una horquilla de entre 80 y 2 mil 300 euros (90-2 mil 565 dólares al cambio actual).

La mayor parte de los mexicanos fueron atribuidos por menos de 500 (557 dólares). El único que superó los mil euros (mil 115 dólares) fue un gran pectoral maya de ceremonias esculpido en piedra.

Se calcula que fue realizado en un periodo que podría ir del año 600 al 900 después de Cristo. Procedente de la antigua colección de Alfred Stendhal, en Los Ángeles, ya había sido subastado en París por la casa Drouot en diciembre de 2009.

«Nuestro patrimonio no está a la venta«, reiteró la embajadora, quien sostuvo que esa subasta «fomenta el pillaje, el saqueo, el tráfico ilícito, el blanqueo de bienes prehispánicos perpetrados por la delincuencia organizada internacional y atenta contra la arqueología moderna al incentivar excavaciones ilegales«.

Desde la casa Millon, en cambio, defendieron la legalidad de lo vendido y ven como una «estrategia política» la queja de las autoridades mexicanas.

«La venta está en armonía con la ley francesa. México no dice nada contra las personas que trafican y a nosotros, que somos honestos, nos dice que estamos robando«, apuntó el experto Serge Reynes.

Su casa de subastas apuntó que se reserva el derecho de denunciar a México por las acusaciones vertidas sobre ellos.

«Me duele que digan que estamos traficando con sus piezas porque las han vendido de manera legal«, añadió Reynes, según el cual los objetos mexicanos expuestos «son piezas chiquitas que no son importantes para su patrimonio«.