La vacuna rusa Sputnik V, la primera del mundo en ser patentada contra el SARS-CoV-2, desde el pasado 11 de agosto, ha pasado de ser el patito feo de la OMS y de los científicos británicos a convertirse en una gran opción real contra el coronavirus.
El gobierno ruso ha cerrado contrato de venta con más de 16 países, México se ha sumado a la compra de 7.4 millones de viales que empezarán a llegar a partir de este mismo mes de febrero con un cupo inicial de 400 mil dosis tras recibir el visto bueno de la Cofepris.
De acuerdo con la revista científica The Lancet, Sputnik muestra una eficacia del 91.6% contra el Covid-19, esto después de analizar la evidencia presentada tras un ensayo en 200 mil personas que demuestra una respuesta inmunitaria “fuerte y robusta” en todos los grupos de población.
La vacuna registrada como Gam-COVID-VAC experimentada por el Centro Nacional de Investigación en Epidemiología y Microbiología Gamaleya está fabricada a partir del adenovirus de la gripe humana y emplea dos adenovirus el Ad26 y Ad5; son necesarias dos dosis con 21 días de diferencia entre una y otra, en su momento, el Kremlin informó que generaba una respuesta inmunitaria con una duración de dos años.
De acuerdo con el New York Times, la Sputnik V se basa en las instrucciones genéticas del virus para armar la proteína de espiga; a diferencia de las inmunizaciones de Pfizer-BioNTech y de Moderna que almacenan las instrucciones en ARN monocatenario, la Sputnik V usa ADN bicatenario. No tiene además ningún problema de distribución en su cadena de frío.
La vacuna contra el ébola se logró gracias a décadas de investigación a partir de diversas técnicas hasta que se usó la técnica del adenovirus y fue exitosa para Johnson & Johnson; de hecho, Johnson & Johnson, su vacuna contra el coronavirus ha usado un adenovirus AD26.
Mientras que la británica AstraZeneca sigue enfrentando diversos problemas, tanto para su uso en emergencia, como para su fabricación, varios países de la UE han decidido no usar dicha vacuna para mayores de 65 años por considerar que genera baja inmunidad.
La inmunidad es precisamente la gran interrogante hacia todas las vacunas, ¿cuánto durará?, en momentos además en que van sucediendo contagios por coronavirus en personas que han recibido ya sea la primera dosis o bien la segunda.
Se ha convertido en el nuevo misterio de análisis científico: hay gente asintomática o que nunca desarrolló la infección en lo que va de la pandemia que ha comenzado a dar positivo por coronavirus ya sea a los ocho días de recibir la primera dosis o bien a la semana de recibir la segunda.
A COLACIÓN
Hay consternación ante la aparición reciente de nuevas cepas del SARS-CoV-2 con la variantes británica (VUI-202012/01) conocida como B117; la sudafricana llamada 501Y.V2; y la brasileña B.1.1.28.1 que ha disparado tanto los contagios como la mortandad en Manaos, perteneciente a la Amazonia.
El temor pasa porque estas nuevas variantes hagan fracasar los ingentes esfuerzos de vacunación, no solo a contrarreloj, sino resultado de investigaciones costosísimas para salvar vidas humanas.
Para Carissa Etienne, las vacunas que ya están en el mercado e inoculando a la gente conservan su capacidad protectora frente al Covid-19, según las evaluaciones de las propias farmacéuticas.
Pfizer-BioNTech señala que su suero es eficaz para dichas cepas quizá perdiendo un poco de efectividad protectora con la cepa sudafricana, de hecho, desde Alemania, BioNTech muestra su disposición para elaborar otra vacuna en menos de un mes (de ser necesario); Moderna va por la misma línea avalando su vacuna al igual que lo hace AstraZeneca.
Las tres cepas van propagándose a nivel mundial: en Europa, se anticipa
que la cepa británica sea la dominante; las tres variantes están caracterizadas por ser más contagiosas, más fácil de propagarse, mucho más infectivas y según las autoridades sanitarias británicas, la B117 es un 30% más letal… no se sabe todavía la capacidad de mortandad provocada por la cepa sudafricana o la brasileña.