Miles de personas de los municipios cercanos a la ciudad de Lárisa han pasado una segunda noche complicada en carpas y hoteles, después de que otro fuerte terremoto, de magnitud 5,9 en la escala de Richter, sacudiera la zona la noche del jueves.
Según el instituto geodésico de Atenas, el epicentro del último gran terremoto, ocurrido a las 20.38 hora local (18.38 GMT), se situó 12 kilómetros al suroeste de la localidad de Elasona, en el distrito de Lárisa, y a una profundidad focal de 4,8 kilómetros.
Aunque al principio se creía que este sismo fue una de las centenares de réplicas que siguieron al terremoto de magnitud 6,3 que sacudió el miércoles toda Grecia central e incluso se notó en países vecinos, algunos expertos creen que podría ser consecuencia de la activación de una nueva parte de la falla tectónica, lo que podría acarrear más temblores de gran magnitud.
Tras este nuevo susto, centenares de familias pasaron otra noche en las carpas instaladas por el Ejército y Protección Civil, en sus coches o en hoteles de las ciudades cercanas, ante el peligro de nuevas réplicas.
Afortunadamente no se han registrado víctimas mortales, pero unas 400 familias han perdido ya sus hogares mientras continúan las inspecciones de edificios dañados e inhabitables.
Además en los pueblos más cercanos al epicentro se han visto afectados el suministro de electricidad y de agua lo que ha hecho aún más difícil la situación.
Se han registrado también varios deslizamientos de tierra, el más llamativo en la turística Meteora, cuyos monasterios son Patrimonio de la Humanidad por la Unesco desde el año 1988, donde las rocas cayeron muy cerca de varias casas y una iglesia, sin causar heridos.