El ejército norcoreano presentó el martes al mandatario Kim Jong Un unos planes para lanzar misiles a aguas cerca de Guam y “retorcer el cuello a los yanquis”, a pesar de que las dos coreas y Estados Unidos indicaron su disposición a evitar un agravamiento de la crisis y propusieron sendas rutas de negociaciones.

El tentativo interés en la diplomacia llegó tras amenazas inusualmente combativas cruzadas entre Pyongyang y el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, en medio de las preocupaciones sobre que Corea del Norte esté cerca de alcanzar su perseguido objetivo de desarrollar un misil nuclear a territorio continental estadounidense.

Sin embargo, no está claro que la diplomacia vaya a imponerse, dado que la semana que viene comienzan las maniobras militares de Estados Unidos y Corea del Sur que enfurecen a Pyongyang.

Durante una inspección a las Fuerzas Estratégicas del ejército norcoreano, encargadas del programa de misiles, Kim elogió al ejército por elaborar un “plan cerrado y cuidadoso”, y dijo que observaría un poco más la “tonta y estúpida conducta de los yanquis” antes de decidir si ordenaba la prueba de misiles, según la agencia estatal norcoreana de noticias.

El medio difundió imágenes de Kim sentado en una mesa con un gran mapa en el que se había trazado una línea recta entre lo que parecía ser el nordeste de Corea del Norte y Guam, pasando sobre Japón. La línea parecía mostrar la ruta de vuelo del misil.

Los planes para el misil ya se habían anunciado. Kim dijo que Corea del Norte haría los lanzamientos si los “yanquis persisten en sus acciones imprudentes extremadamente peligrosas en la Península de Corea y sus alrededores”, y que Estados Unidos debería “pensar de forma razonable y juzgar de forma apropiada” para evitar quedar en evidencia, dijo la agencia norcoreana.

Lanzar misiles hacia Guam, que acoge una importante base militar estadounidense en el Pacífico, sería un acto profundamente provocador desde la perspectiva de Estados Unidos, y un fallo de cálculo de cualquier bando podría llevar a un enfrentamiento militar.

El secretario de Defensa de Estados Unidos, James Mattis, dijo que su país derribaría cualquier misil avistado rumbo a su territorio y declaró que cualquier ataque norcoreano de esa clase implicaría una guerra.

Sin embargo, el tono condicional en las palabras de Kim parecía plantear la posibilidad de que la fricción se suavice si Estados Unidos hace algún gesto que Pyongyang interprete como un paso atrás respecto a sus “acciones imprudentes extremadamente peligrosas” previas.

Eso podría aludir a las maniobras militares estadounidenses y surcoreanas, que se espera comiencen el lunes y que Corea del Norte considera un ensayo de invasión. También podría referirse a los bombarderos B-1B de Estados Unidos que en ocasiones sobrevuelan la Península de Corea como demostración de fuerza.

Por su parte, el presidente de Corea del Sur, Moon Jae-in, un progresista partidario de dialogar con el Norte, instó al país vecino a abandonar las provocaciones y comprometerse a iniciar conversaciones sobre su programa de armas nucleares.

En un discurso televisado el martes por el aniversario del final de la II Guerra Mundial y la liberación de la Península de Corea del gobierno colonial japonés, Moon dijo que Seúl y Washington están de acuerdo en que la crisis sobre el programa nuclear norcoreano “debe resolverse de forma pacífica” y que no puede emprenderse ninguna acción militar sobre la Península de Corea sin el consentimiento de Seúl.

Moon dijo que Pyongyang puede crear las condiciones para el diálogo deteniendo sus pruebas nucleares y de misiles.

El presidente del Estado Mayor de Estados Unidos, el general de la Infantería de Marina Joseph Dunford, se reunió el lunes con líderes militares y políticos surcoreanos y medios locales, e hizo comentarios que parecían tratar de reducir la ansiedad al tiempo que mostraban disposición a respaldar las advertencias de Trump si es necesario.

Dunford dijo que Estados Unidos quiere resolver de forma pacífica las tensiones con Corea del Norte, pero que Washington también está preparada para utilizar la “gama completa” de toda su capacidad militar en caso de provocación.

Dunford se encuentra en una gira por Corea del Sur, Japón y China tras una semana en la que Trump declaró que el ejército estadounidense estaba “cargado y asegurado” y que él estaba dispuesto a desatar “fuego y furia” si Corea del Norte seguía amenazando a Estados Unidos.