El levantarse por las mañanas cuesta más trabajo del habitual; cargar la mochila parece inútil si se considera que el tiempo empleado para estudiar se ha reducido y la asistencia obedece más a repasos y preparativos de clausura; el “síndrome prevacacional” afecta a los pequeños, especialmente los que cursan la Educación Primaria.

Ya no quieren ir a la escuela, pero dice la maestra que habrá que cumplir el calendario y saldrán de clases hasta el 18”, comenta Areli Armenta, madre de familia con dos pequeños en la escuela Magisterio Digno.

Ya ni clases tenemos… puros repasos”, “vamos nomás para ensayar el baile”, “mejor ya vámonos de vacaciones”, son algunos de los reclamos de quienes consideran que “si yo no me voy a graduar de sexto, ¿por qué tengo que seguir yendo?”.

Las receptoras de las quejas infantiles son las madres de familia pero también las maestras,  que en estos días están tan atareadas en presentar documentación, aplicar exámenes extemporáneos a niños que estuvieron enfermos o ausentes por variadas razones, preparar la participación de sus grupos en la ceremonia de clausura de cursos o atender casos especiales, que difícilmente pueden prestar la atención a la que están habituados los pequeños.

Se multiplican en estos días los casos también de permisos especiales para quienes adquirieron boletos de avión o autobús para viajar antes de que inicie el período escolar, y se eleven las tarifas, o quienes emigrarán a otras ciudades y quieren hacerlo con tiempo suficiente para acostumbrarse a la nueva casa, a la nueva ciudad y a la nueva escuela.

En la casa también se ha relajado las normas, en muchos casos, y los niños llegan con sueño, cansados, fastidiados, y nos lo dicen claramente, que ya quieren irse de vacaciones”, comenta sonriente una maestra de la escuela primaria Ramón G. Bonfil.

A veces quisiéramos decirle a la madre, ya mejor lléveselo, ya no lo traiga, pues muchos son niños muy despiertos, aventajados, pero que por lo mismo reclaman mucha atención, se aburren fácilmente… pero no podemos hacerlo, estamos muy ocupados los maestros pero tenemos un calendario que cumplir”, comenta otra docente de la escuela Margarita Michelena.

¡Yo no quiero bailar otra vez de pollito… yo me quiero ir con mi abuelita a Huejutla!”, reclama Yahir, de siete años de edad, ante los gestos de comprensión de maestra y madre.

El ciclo escolar 2016-2017 concluye el próximo 18 de los corrientes, para iniciar el siguiente el día 21 de agosto.