La lluvia “ha multiplicado la vida” en el Valle del Mezquital y además de las plantas propias del desierto en esa zona de Hidalgo, en estos días se obtienen abundantes chinicuiles y otros gusanos comestibles, nopales criollos y gualumbos.

Mucho, tenemos mucho que comer en estos días”, comenta entusiasta la señora Marta Gómez Aguilar, cocinera tradicional de Santiago de Anaya, ese lugar tan desértico pero tan noble que permite a sus habitantes “comer todos los días, sin ir a la tienda”.

Las cocineras tradicionales se preparan para dar la bienvenida a miles de turistas y visitantes que llegarán con motivo de la Feria de Santiago Apostol, y que esperan gozar de la cocina tradicional tan característica de este municipio.

Y como ha estado lloviendo, ahora tenemos mucho más que comer”, señala la señora Gómez. Abundan en estos días los elotes tiernos, para comer en pan, tamales, hervidos o asados; hay también mucho tomate verde, chiles, camotes, papas y una extensa variedad de hojas comestibles.

Estos alimentos, silvestres, vienen a propiciar la elaboración de los platillos más exóticos con animales de corral como los cerdos, gallinas, guajolotes o conejos, además de silvestres como las ardillas, zorrillos, jabalíes, mapaches, liebres, palomas, etcétera.

Una mezcla de animales de corral y silvestres, de cultivos en milpas, huertos familiares con plantas silvestres, que permiten a las familias, llegado el caso, alimentarse sin necesidad de echar mano de alimentos procesados.

Ahorita quienes vayan a la feria van a disfrutar de mucho chinicuil”, aseguró a su vez la directora de Turismo Municipal, Jessenia Galán, quien se muestra orgullosa de ser oriunda de un poblado en el que la Muestra Gastronómica de Santiago de Anaya captura la atención, año con año, de turistas nacionales e internacionales.