Con el inicio del Curso de Verano 2017, al que asisten más de 500  menores, en el Centro de Seguridad Social del IMSS, frente a las instalaciones de la SEPH, a un costado del bulevar Felipe Ángeles, convirtieron en un caos la circulación por esa vialidad, provocando que la fila de autos que no consiguen avanzar llegue a la zona de hospitales.

Aunado a lo anterior, y dada la premura de quienes no tomaron las providencias del caso, y a la puntualidad conque el centro cierra sus puertas, los  conatos de accidentes se multiplican entre las 8:45  y las 9:00 horas, por quienes desdeñan las luces rojas de los semáforos, hacen doble y hasta triple  fila para cruzar, o pasan por alto la disposición de dar vuelta desde los carriles externos del bulevar.

El problema es habitual en la zona, pero desde el miércolesse agudizó pues a los trabajadores de la SEPH, de los padres de familia que acuden a las estancias infantiles 1. 2 y 3 de la propia SEPH, se sumaron ahora los padres de familia que llevan a sus hijos a las actividades recreativas y deportivas que ofrece el IMSS.

Y todos intentando llegar a través de sólo dos carriles de circulación.

La desesperación cunde entre los automovilistas que circulan en ambos carriles: los de la dirección sur-norte, al no  poder avanzar y retornar, y los de la dirección norte-sur, que se ven frenados por el embudo vial que se produce en la zona.

Y es que el acceso a la SEPH, las estancias infantiles y el Centro de Seguridad del IMSS, por un solo carril, se ve además entorpecido, por una fila de autos que impide despejar Felipe Ángeles, y que provocan por padres presurosos que bajan del vehículo, lo dejan en marcha, bajan a sus hijos, les llevan a la puerta del Centro de Seguridad Social y corren de regreso a sus vehículos para retornar a Felipe Ángeles, y si se dirigen al norte, retornar en el puente vehicular 2001, a la altura del hospital del ISSSTE, e intentar ingresar a las cerradas finas de automóviles que siguen congestionados en la zona.

Es que hay mamás que no solo corren a dejar al hijo; a veces olvidan una mochila, la credencial, y corren de vuelta al auto a traerlos, y muchas los dejan en la puerta pero antes los persignan, los besan y se esperan hasta verlos entrar”, hace notar una comerciante de frituras a la entrada del lugar.