En las dos tragedias que el mes pasado enlutaron dos hogares en la Ciudad de México y en San Juan del Río, en el estado de Querétaro, en donde mujeres atentaron contra su vida y la de sus familias al quitarle la vida a sus propios hijos, existen diversos factores que pudieron orillar a ambas mujeres a tomar la fatal decisión, ya que las dos no encontraron más opción ante sus problemas que terminar de manera espeluznante con su sufrimiento.

La maestra en psicología Jocelín Pérez Ordaz, quien también es especialista en terapia de familia y pareja, consideró desde la perspectiva psicológica el caso de ambas mujeres, partiendo de la base en que los dos casos solamente los ha podido conocer a través de informes de prensa.

A partir de esta precisión, Pérez Ordaz expone que con la información que conoce del caso de estas dos mujeres, considera que el nivel de afectación que deben tener una mujer o cualquier persona para llegar a atentar contra la vida de terceros que le son significativos e importantes como son un hijo, esposo, papá, humanidad y para sí misma, es multifactorial.

Se tiene que tener un conjunto de elementos o un caldo de cultivo para que esta persona pueda sentirse en una desesperanza, en una cerrazón o se ciegue para no encontrar más opciones, aparte de terminar con la vida de sus hijos y de sí misma”.

Manifestó que la posibilidad de que se cultive un caldo de cultivo así, puede partir de que ambas mujeres hablaron de relaciones de pareja fallidas, en donde terminan mal su relación de pareja y hay que recordar que para que concluya mal una relación, existe un 50 y un 50 por ciento de responsabilidad.

Al plantearle a la especialista, que en ambos casos pareciera que los hijos son un arma para lastimar a la pareja, la psicóloga analizó que además de la relación de pareja fallida, en ambos casos hay una expectativa personal fallida.

 

Caso Querétaro

En el caso de Querétaro, se lee que es una chica que creía que tenía una relación de pareja que tenía con su esposo que decide irse a Estados Unidos, y cuando ella se da cuenta que está formando una familia en Estados Unidos, hay una expectativa que se rompe, ya no va a suceder”.

Entonces, en ese caso le pudieron venir muchas ideas al ver su expectativa rota, como que ya no era querida, pues creía que su esposo se había dio para mejorar su vida, lo cual no fue así.

Apuntó que a esto se trama otra cosa a nivel personal: en ambas mujeres parecieran tener una característica de personalidad muy significativa para llegar a una decisión así, “no todas las mujeres que tienen una pérdida de pareja, que viven violencia o que se frustran cuando las cosas no les salen como quieren, van a tomar la decisión de terminar con su vida y con la vida de sus hijos”.

Pérez Ordaz reflexionó que estas mujeres deben tener un tipo de personalidad muy específica, que es una personalidad un poquito dependiente, denominada borderline o muy extrema, en la cual aman todo u odian todo, porque lo que hicieron fue muy extremo.

En la literatura se lee que comúnmente cuando las mujeres atentan contra su vida, o la vida de terceros, lo hacen como no tan dramáticamente, no se vuelan la tapa de los sesos, no se ahorcan, no hay mucha sangre y normalmente recurren a pastillas, eso es como cultural de género, y lo que me llama la atención es que ambas utilizan una estrategia muy dramática”.

Esto, porque la mujer de Querétaro le mandó las fotos a su pareja, “y es ahí donde vemos que en ella, es como la moneda de cambio los hijos, para poder hacer sentir mal al otro, para terminar y lastimar definitivamente al otro de una manera muy profunda, ‘como yo me sentí lastimada al no cubrir mis expectativas”, caviló la especialista.

 

Caso Ciudad de México 

En todo momento, procura hacer un análisis serio con los datos disponibles, y al referirse al caso de la Ciudad de México, la especialista alcanzó a vislumbrar que en el supuesto abuso hacia los hijos que la mujer denunció, la hoy occisa juzgó que las instancias legales no funcionaron, por lo cual al perder la custodia, la mujer se hallaba muy enojada, y lo que hizo, se deduce de la explicación que da en su carta póstuma.

En la misiva escribió que prefería ver a sus hijos muertos a que sean unos niños traumados o que los sigan abusando, por lo que entonces la abrumada mujer pensó en terminar con ese sufrimiento, “termino con su sufrimiento, termino con mi sufrimiento y con el sufrimiento de mis papás, porque sé que al enterarse de lo que yo hice, van a sufrir más”, estimó Pérez.

Ante esto, Pérez Ordaz plantea que se observa una manera de resolver los problemas ‘de túnel’ en ambas mujeres, “parecería que no hay ninguna otra solución más que terminar definitivamente con el sufrimiento de lo suyo, una argumentando que los protege de alguien que los está agrediendo, y la otra parece que no hubo remordimiento, sino te quiero hacer sentir mal y voy a dañar algo que tú también quieres, que son tus hijos, por algo le envió las fotos”.

Consideró que ambas mujeres parecieran ser poco tolerantes a la frustración, y quizá les costaba trabajo resolver los conflictos, pues aunque todos tenemos problemas, el punto central es que puede haber 20 mil maneras de que se puedan resolverlos.

Sería interesante saber si no hubo síntomas antes, mucha gente me dice: ‘Oye Jocelín, ¿no se pudo haber prevenido? Claro que se pudo haber prevenido. Se puede prevenir”.

Por ello, manifestó que la primera labor tiene que ser a nivel personal, porque ambas llegaron a situaciones extremas, una porque perdió la custodia, y la otra ya no iban a regresar con ella, por lo que se trata de dos eventos muy fuertes como parteaguas.

 

Redes de apoyo

Pérez Ordaz refirió que los vecinos o la familia, como redes de apoyo, cada vez son más frágiles y no se involucran, “todo mundo opina, todo mundo ha opinado de estas mujeres, o las ha santificado o las ha crucificado, entender el problema no es aceptarlo ni aplaudirlo ni decir que estuvo bien, a mí me parece que lo que hicieron de terminar con su vida y la vida de terceros importantes, es una gran pérdida a la humanidad, al valor humano, creo que no debió haber ocurrido”.

Creo que en ambos casos, no veo en las redes o en la información de internet, que estemos hablando de ayudarnos, entendernos y apoyarnos, lo que veo es juzgar, ¿dónde estuvo la autoridad?, y yo diría ¿Dónde estuvieron todos?”.

Por ello, habló de no fomentar la violencia y recuperar los valores del humanismo, de ser humanos, de contribuir de manera respetuosa y responsable a la sociedad en general.

La especialista dijo que al advertir una depresión, que es una tristeza y un abandono profundo del sentido de vida, hay que estar en alerta, ya que la personas que están en este estado tienen un rebote conocido como ansiedad, donde en ese estado de ansiedad, que puede durar un minuto o hasta semana, ahí es donde existe el riesgo que la persona atente contra su vida o la de otras personas, “la gente no se suicida en depresión, se suicida en estado de ansiedad”.

Por último, Jocelín Pérez Ordaz exhortó a las familias a tener a la mano algún teléfono de alguna instancia gubernamental, para que los apoyen, ya sea para que las ayuden, las detengan o intenten, siendo perfectamente válido solicitar alguna referencia o cambiar de instancia si no notan avances en el estado de salud de sus familiares.