Vacía. Así se observó ayer la ciudad capital a causa de la pertinaz llovizna provocada a lo largo del día por la a degradada a tormenta tropical Franklin, lo que llevó al grueso de los pachuqueños a limitar sus salidas a lo más indispensable.
Centros comerciales como Gran Sur, Villas de Pachuca o Gran Patio lucieron ayer semidesiertos, con cajones de estacionamiento vacíos por doquier y de las cajas registradoras de los supermercados sólo dos o tres estuvieron abiertas.
Establecimientos comerciales en estas plazas, entre ellas la de helados la Michoacana, tiendas de regalos y novedades, de ropa y alguna estética, no abrieron sus puertas.
Las sucursales bancarias de Banorte, Santander, Bancomer o Banamex, al sur de Pachuca, se observaron vacías o con mínima actividad. En la de Banorte, en la plaza Gran Sur, sólo atendió una cajera.
En el Centro Histórico la actividad comercial fue mínima, registrando afluencia limitada algunos mercados en la zona, en tanto que las tiendas de ropa, de telas, zapaterías y hasta fondas y taquerías se observaron con mínima actividad.
“El huracán ahuyentó a la gente; prefieren quedarse en sus casas resguardándose de la lluvia”, comentó el comerciante Jaime Ruiz Granados.
Quienes debieron presentarse a trabajar lo hicieron enfundados en gruesas chamarras, gabardinas, botas, chales y bufandas, sin faltar los paraguas.
En sitios públicos no se observó la presencia de los tradicionales puestos de antojitos, los carritos de papas y frituras de harina, ni los de fruta picada y aguas frescas.
Llamó la atención que, incluso, los consultorios de servicios médicos y de análisis de laboratorio de cadenas de farmacias genéricas o similares se observaron también semivacíos.
En las calles hubo una afluencia de peatones mucho menor a la acostumbrada, mientras que los vehículos del Tuzobus transitaron hasta caer la tarde semivacíos.





















