Asumió la Secretaría de la Función Pública (SFP) el caso del Hotel Independencia, multado con 80 mil pesos por la delegación de la Profeco por utilizar los términos “check in”, “check out” y “pax”, como consecuencia de la queja presentada por la Asociación Mexicana de Hoteles y Moteles de Hidalgo a las oficinas centrales de la procuraduría.

La presidenta de la AMHyM en Hidalgo, María del  Ángel Sánchez Lozano, presentó el documento que le fue enviado por la propia Profeco nacional, Expediente 2017/Profeco/DE/381, informándole que la SFP inició este expediente sobre el caso.

La también gerente del Hotel Independencia informó además que esta semana se reunirá con el presidente de la asociación hotelera en el país, para analizar los pasos a seguir; “de entrada podemos informar que lo ocurrido aquí ya fue boletinado como llamada de alerta a los hoteles asociados en la República”.

Explicó que la gerencia y la asociación hotelera siguen firmes en su postura de rechazar esa multa, “pues aceptarla sería un error; sería sentar un precedente en el país que propicie más abusos de autoridad”.

Negó haber buscado o tenido contacto con la delegación en Hidalgo de la Profeco, “ni pienso buscarlo; no es cuestión de llegar a un acuerdo sino de evitar un abuso de autoridad”.

Sánchez Lazcano dijo haberse entrevistado ya con otras autoridades, como el secretario de Turismo, Eduardo Baños Rubio, para exponerles el atropello que se está cometiendo en contra de una empresa.

Parquímetros, cafeterías, bancos, con términos en inglés

La empresaria expuso que “estamos en un mundo cada vez más globalizado en donde se utilizan términos muy generalizados y conocidos mundialmente”.

Hizo notar que esos términos son utilizados lo mismo en el servicio de cobro por el estacionamiento en las calles de Pachuca, el “parking”, que en la carta y avisos al público en restaurantes como Starbucks o en los recibos expedidos en instituciones bancarias en el uso de cajeros automáticos.

Y nada de eso se menciona en el acta levantada por el verificador de la Profeco, que el pasado 8 de junio tardó casi tres horas en levantar la misma, llenando con unas cuantas líneas manuscritas, “y hasta con faltas de ortografía”, un machote ya impreso.