Por vez primera empresarios hidalguenses participaron en el Programa de Útiles Escolares, y la inversión pública en la dotación de estos artículos a alumnos de educación básica en los principales ocho municipios de la entidad, generó una derrama económica que se quedó en Hidalgo y que seguramente será reinvertida aquí.

Como  en la mayoría de los casos –no es lo mismo ver los toros desde la barrera que aventarse al ruedo-, en esta primera participación saltaron los “negritos en el arroz”, que ojalá y no sean utilizados para demeritar lo que ha sido hasta ahora un buen esfuerzo.

Indudablemente que los padres de familia hubiesen deseado tener el paquete de útiles escolares en el primer día de clases, y de ser posible antes, para forrarlos y acondicionarlos para el regreso a las aulas, y que se entregaran en cantidades suficientes –en primer grado es casi un lápiz diario por niño, pues apenas aprenden a sacar punta, a utilizar ésta y a cuidar la pieza-, y además, que la calidad de los útiles fuera, como lo fue en esta ocasión, aceptan los padres, buena.

Distribuir 628 mil 471 paquetes escolares, previa adquisición y armado, no es tarea nada fácil y hay que ir resolviendo problemas en logística no previstos: almacenes muy pequeños, cargas de transporte más elevadas de lo previsto, menor participación de papelerías de la esperada, entre otros, además de entregas fuera de tiempo de algunos proveedores.

Situación que originó, por ejemplo, que se pospusiera para una segunda etapa de distribución de las mochilas, que fueran ofrecidas en el anuncio oficial de la participación de empresas privadas en este programa.

Por factores que se ignoran hasta ahora, la entrega de los útiles escolares fue programada para concluir el próximo 15 de septiembre, cuando el ciclo escolar inició el 21 de agosto, es decir, con aparentes 25 días de retraso.

Casi un mes en el que los padres de familia con posibilidades de hacerlo ya equiparon a sus hijos, mientras que los que esperan recibir el apoyo, les envían a la escuela con lo más indispensable.

Son errores y omisiones que se espera no ocurran el año próximo, y los preparativos inicien con antelación, para que los alumnos reciban los útiles con oportunidad.

Por ahí nos enteramos de beneficios que trajo consigo este programa, como fue el caso de la generación de empleos temporales para la fabricación de las libretas por una empresa de Pachuca. Empleos que permitieron un ingreso, por unos meses, para un buen número de familias pachuqueñas también.

De concretarse y extenderse la participación de empresarios en este programa social, de gran ayuda a los padres de familia, pues este año surtieron a sólo ocho municipios, estos “negritos” pudieran corregirse y los beneficios, extenderse.

De tener la certeza de su participación, seguramente empresarios hidalguenses se verían impulsados a fabricar otros artículos, sustituyendo paulatinamente las compras que este año se hicieron a empresas foráneas como Barrilito o Pelikan, por mencionar algunas.

Por lo pronto se demostró que en materia de libretas, las fabricadas en la entidad son de calidad, se vendieron a precio competitivo y en los tiempos establecidos de entrega.

Ya se fabrican en Hidalgo las libretas y los uniformes escolares, con lo que el programa de Útiles escolares derramó buna parte de los recursos asignados a empresas que invierten y reinvierten en la  entidad, que emplean a hidalguenses.

 

Eso sí… ojalá y el año próximo el número de libretas por grado se consulte a los docentes, pues la SEP ya no emite listas oficiales.

 

✉️ dolores.michel@gmail.com