Inició el mes de septiembre, el mes patrio, y apareció el comercio informal que ofrece todo tipo de artículos conmemorativos, desde pequeñas banderas para el auto o la oficina, hasta trajes de charro y Adelitas para los pequeños.
Estos artículos, muchos de ellos de origen chino, como las banderas de todos tamaños, algunas de ellas gigantescas, se comercializan también en tiendas de cadenas de supermercados en donde todos los artículos tienen precio de 17.90 pesos.
La venta de pulseras, adornos para el cabello, chales, sombreros, blusas y amplias faldas, así como huaraches artesanales, todos ellos tricolores, se ofrecen también en las aceras de las calles con ingresos a la Central de Abastos de Pachuca.
En la calle de Guerrero aparecen nuevamente los “burros” metálicos cargados con bufandas, chales, gorros de estambre, guantes, suéteres infantiles, además de envases con espuma, también en colores verde, blanco y rojo.
Además del comercio informal y formal, la ciudad adquirió ya el ambiente festivo de septiembre, con la colocación de grandes banderas en un tramo del Río de las Avenidas; de pendones en las calles del centro de la ciudad y avenidas principales, y con el adornado que ofrecen algunas tiendas en plazas comerciales.
En los puestos semifijos pueden adquirirse desde ahora pequeños pins septembrinos elaborados a base de minúsculos seguros y cuentas de colores; collares, pulseras y aretes de cuentas tricolores, y hasta dulces de pepita o palanquetas de cacahuate, pepitas o nueces, coloreados también.
Las banderas se ofrecen desde pequeñas, para escritorio, en 12 pesos, hasta algunas gigantes para adornar fachadas, en 870 y hasta mil 400 pesos.
Han salido a la venta también, en la Central de Abastos, las grandes cazuelas y jarros gigantes para preparar moles, pozoles, champurrados o café de grano. Se observa también una oferta mayor, en estos días, de comales y “chaluperas” para la ocasión.
Se observa además a algunas amas de casa previsoras que ya compran hojas de maíz para los tamales, chiles secos, cacahuate sin cáscara, azúcar, piloncillo y canela, “porque todo se encarece en los meros días”, afirmó el sábado la señora Azucena Corino.
Se multiplica además la oferta, en dicha central, de mole en pasta, rojo y verde, de pan huasteco, quesos frescos, hojas de mixiote –cuya venta está prohibida-, y hasta pollos y guajolotes vivos.
“Unos tamalitos, unas chalupitas y unos buñuelos… no hay dinero para más. Pero con eso y un ponche, festejamos el grito en familia y hasta con algunos vecinos”, asegura la señora Corino, quien prefiere preparar la fiesta en casa “porque afuera está muy caro y luego abusan los taxistas en el regreso a la casa, a medianoche.”