Gigantescos globos de Cantoya, escenificaciones de leyendas y una huapangueada con desfile de catrinas despidieron a las almas la noche del jueves en Zimapán, en el tradicional Zima Yotl.
Despedir a las almas ha convertido esta noche mágica en un gran atractivo turístico para este antiguo pueblo minero, en donde las festividades de Día de Muertos ofrecen varias singularidades.
En Zimapán no sólo se recibe la visita de las almas de los difuntos amados, sino también se les despide con una gran fiesta en la que reinan la música, el baile y globos de Cantoya que, encendidos, ganan el cielo y les muestran el camino.
Las actividades inician al caer la tarde con un espectáculo de leyendas vivientes en el segundo árbol más grande de México, orgullo de los zimpanenses.
Cuando se oculta el sol comienza la huapangueada, en la que jovencitas disfrazadas de Catrinas danzan por los pintorescos callejones del poblado, para demostrar el gusto de los muertos por haber convivido con sus seres amados.
Los zimapanenses elaboran además un monumental tapete de aserrín en el que plasman su visión de la vida y de la muerte.
La noche mágica de la despedida de las almas culmina en la Plaza Principal, con el lanzamiento de globos de Cantoya de todas las formas y tamaños.
Este jueves sumaron más de 600 los globos que fueron encendidos y lanzados, cubriendo de luz el cielo hasta confundirse en el cielo estrellado o apagarse.
Se elevaron los globos llevando los deseos de los vivos de que sus fieles difuntos tengan un ben regreso al Mictlán, el mundo de los muertos para los antepasados, en una cuenta regresiva que inicio este viernes para recibirles nuevamente el año próximo.