En 2012, cuando salí de ver “Después de Lucía”, cinta mexicana de Michel Franco, la cual tomó la temática del bullying en el país, lejos de la forma en que el director explotó este tema, quedó en evidencia que el elemento torturador del personaje de Lucía (Tessa Ia) era un Smartphone, el cual desató su desgracia. ¡El bullying en tiempos modernos!
Por esto no sorprende que el director mexicano Marcelo Tobar haya tomado este dispositivo como elemento esencial para contar la historia de su tercer largometraje titulado “Oso Polar”, película que fue reconocida en la reciente edición del Festival Internacional de Cine de Morelia como Mejor Largometraje de Ficción.
En primer lugar, Marcelo Tobar produjo su tercer cinta con tan solo tres teléfonos móviles (dos iPhones y un Nokia); y en segundo lugar, este proyecto fue sostenido gracias a una campaña de crowdfounding o financiamiento colectivo a través de internet (Fondeadora), donde de los 175 mil pesos que requerían para el proyecto, lograron recaudar más de 200 mil pesos.
Con estas referencias, no queda duda alguna de que para hacer cine se requiere más de pasión y entrega a los proyectos que un gran presupuesto. Pero, ¿el producto es de calidad suficiente para funcionar en una sala de cine? Mi respuesta rápida es: ¡SÍ, Y MUY BIEN!
La cinta cuenta la historia de Heriberto (Humberto Busto), un joven tímido que usa su celular para grabar momentos, y el cual está a punto de asistir por primera vez una reunión de reencuentro de sus compañeros de la primaria. Heriberto dará un “ride” a dos de sus ex compañeros para llegar al evento, Flor (Verónica Tussaint) y Trujillo (Cristian Magaloni).
!['Oso Polar' de Marcelo Tobar / 2017](https://sintesis.com.mx/hidalgo/wp-content/uploads/2017/11/op4-1024x481.jpg)
Pero Flor y Trujillo no son sólo sus ex compañeros, sino sus torturadores de la infancia, sus “bullies”. Entonces, ¿por qué Heriberto les daría un aventón? ¿Por qué asistir a esta reunión después de su amarga experiencia en la infancia?
Tobar usa a su favor los recursos visuales en este “road trip” por la Ciudad de México donde va quedando en evidencia las intenciones de Heriberto ante sus torturadores y el reflejo de que en ocasiones “las personas nunca cambian”.
Además de esto, aunque de forma ligera, el director da un discurso sobre la identidad, los miedos y el rechazo social.
No obstante, ante su formato narrativo, la cinta se suele alejar de sus intenciones con flashbacks poco sustentados aunque funcionales para el desarrollo del personaje principal, lo cual llega a desconectar por momentos al espectador de la trama principal.
Es de aplaudir el trabajo detrás de esta producción, donde si bien no buscan esconder los recursos con los que se filmó, se nota un arduo trabajo de post producción, tanto en su edición, como en su fotografía y edición y mezcla de sonido.
![Detrás de cámaras de 'Oso Polar'](https://sintesis.com.mx/hidalgo/wp-content/uploads/2017/11/op1-300x211.jpg)
En cuanto al elenco, Tobar y su equipo de casting eligieron bien a cada actor, la interacción entre Bustos, Tussaint y Magaloni fluye bien, la cual transita entre lo cómico y lo incómodo, pero sobre todo sobresale el esfuerzo de Bustos para dotar de esta personalidad frágil, insegura y nostálgica a Heriberto.
La cinta durante sus primeros dos actos te mantienen tenso, incómodo y reflexivo, y aunque su último acto puede resultar excesivo apelando al shock emocional del espectador, revira para dar un cierre adecuado a las temáticas que aborda.
Aplaudo al director su capacidad narrativa en un entorno paupérrimo para su producción en comparación a los presupuestos que se manejan en la industria nacional, pero sobretodo, aplaudo la forma en que hace funcionar su formato en una sala de cine y como logra provocar emociones en el espectador.
“Oso Polar” es una experiencia imperdible y tal vez la más arriesgada que se ha visto en el cine mexicano en muchísimo tiempo.
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