“La vida del hombre es la única sombra que deja huella y eco… Por eso creemos que los sueños revolotean sobre nosotros mientras estamos dormidos/ lo que debemos hacer es: despertar/atraparlos/ enseñarles a caminar/ o volar con ellos”.
Pieza poética con el título «Cierre del cielo».
Palabras acertadas del poeta maya Isaac Esaú Carrillo Can, expresión de mucho contenido realista, cuando se reflexiona el quehacer del hombre en su transitar por la vida, a veces llena de abrojos y otras con momentos de alegría. Sus actos son parte de la herencia para otras generaciones, los que saben leer, aprovecharan la encomienda y los que no encuentran sentido esta frase, se quedaran en su propio mundo.
Mujeres y hombres han dejado vestigios de su andar y resonancias de sus hablas o idiomas, son seres que perduran en la conciencia de los pueblos, además, son modelos para que otros continúen sus pasos. Entonces, estos nuevos valores serán las nuevas promesas. Ante este desafío, vale hacer la analogía vertida por Antoine de Saint- Exupý:
“Cuando en los jardines nace por mutación una rosa nueva, todos los jardineros se conmueven. Se aísla la rosa, se le cultiva, se les favorece”.
Esta semejanza en el reino vegetal, trasladado en el hombre es fruto de padres, guías y mentores.
Entre estos faros con resplandeciente luminosidad que alumbra a nuevas generaciones se ubica Isaac Carrillo aborigen en Peto, Yucatán nacido hace 34 años, fallecido el 23 de noviembre pasado. En su corta, pero productiva existencia fue meritorio de las siguientes preseas: Premio Nacional de Literatura Maya “Waldeemar Noh Tzec” 2007.
Dicho certamen fue convocado por el Ayuntamiento de Kalkini Campeche, “Premio Barrera Vázquez” 2008 por la Universidad Autónoma de Yucatán con una narrativa. El Premio Nacional de Literatura en Lenguas Mexicanas 2010. Autor deU yóok’otilo’ob áak’ab “Danzas de la noche por CONACULTA.
Fue compilador de Kan ik’ti’ili por el Ayuntamiento de Mérida. Coautor de la obra Vos viva del Mayab, por la Secretaría de la Cultura y las Artes de Yucatán y la UNAM. Además, Becario del Fondo Nacional de las Cultura y las Artes (FONCA) en programa Jóvenes Creadores en la disciplina de letras en lenguas indígenas 2016-2017).
La afición por las letras fue sembrada por sus padres desde su tierna infancia, así lo refiere en una de las entrevistas en la que fue objeto: “A mí siempre me gustó leer, porque en mi casa mis papas nos inculcaron el hábito de la lectura. Leía lo que caía en mis manos, también el libro de lectura de la escuela”.
Conforme fue creciendo también ascendió su apego a la literatura, al principio ovillaba cuentos, relatos tradicionales que se decía en forma oral, después las escribía en maya, al enterarse de una convocatoria se inscribió para participar y reconoció que en principio fue arduo escribir 20 cuartillas, pero conforme fue avanzando se facilitó la aparición de palabras para hilvanarlas y concluir su primer cuento.
Al obtener el premio vino el reconocimiento al aparecer su nombre en los diarios impresos de Yucatán, la difusión de su esfuerzo continua su ímpetu, revisar varias veces lo escrito para afinar su pensamiento, hasta lograr la excelencia. En este ya contó con los conocimientos adquiridos en la Escuela de Creación Literaria del Centro Estatal de Bellas Artes en Yucatán.
Los cuentos, narrativas y poemas están escritas en versión bilingüe, puesto que el artista aprendió la lengua y la cultura maya desde niño, la literatura mayense es importante por tradición como lo prueba el Popol Wuh, Libro de los concejos o libro de la comunidad. Esta ancestral cultura contiene mucha filosofía, por eso, ocupa el segundo lugar en número de hablantes, después del náhuatl. Más la etnia maya es reconocida en el plano internacional por sus conocimientos astronómicos, matemático y en medicina tradicional.
El maya, de la misma forma que otras lenguas originarias es considerado solo hablado por personas mayores, Isaac Carrillo vertió en otra entrevista: “Muchas veces se piensa que la lengua y cultura en lengua originaria corresponde a la gente adulta o gente mayor, pero al estar inmerso en una lengua y cultura que nos permite ver al mundo con otros ojos, nos impulsa a resistir y re- existir, ahí radica el resurgimiento”.
Su trabajo fructificó al grado de ser invitado en el Encuentro Internacional de Escritores en Lenguas Indígenas en el marco de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, FIL 2013, el tema de la conversación con otros escritores para ser escuchadas por el público asistente fue: “Rentabilidad y desarrollo de las literaturas indígenas, un paradigma de inclusión general”. Modestia aparte. El que esto escribe participará el 3 de diciembre en II Encuentro de Literatura en Lenguas Originarias de América, es parte de las actividades que lleva a cabo la XXXI Feria Internacional del Libro (FIL) en Guadalajara Jalisco.
Isaac Carillo ha realizado la comparación de la semilla con la palabra, hablaré de la semilla de la etnia hñähñu u otomí, semilla que un día se reproducirá en mayor escala. Tomo prestado las palabras del extinto poeta maya, en su inspiración “Semilla” externo: Mi vos/ mi palabra/ es una semilla roja que siembro en el ombligo de la tierra/así/ cuando mi última noche abrace a la luna.