La humanidad es distintiva por la serie de conflictos individuales, sociales y bélicos que ha padecido, de esta infinidad de hechos se ha encargado a la ciencia de la historia para su registro. Sin embargo, también, en diferentes épocas han existido personalidades con muy destacados atributos y han sido reconocidos por sus devotos y seguidores. El merecido prestigio, reconocimiento y respeto ha sido porque han abogado por ese valor axiológico que es la paz.

Entre esta pléyade de mortales se ubica al italiano Angelo Giuseppe Roncalli conocido por creyentes y no practicantes de la fe católica, es  el Papá Juan XXIII,  “soberano de la Ciudad del Vaticano entre 1958 -1963”. El máximo representante de la Iglesia apostólica Romana fue distintivo por compartir a sus oyentes máximas muy sustantivas extraídas de la biblia, como ejemplo la siguiente: “Gloria a Dios en el cielo, y en la tierra paz a los hombres de buena voluntad”.

El Sumo pontífice, sabedor de los estragos materiales y desgracias ocasionado en las personas y familias propiciado por las guerras mundiales en el siglo XX, hizo llegar la exhortación de paz a los dirigentes de las dos potencias mundiales a mediados del siglo pasado, la reflexión  fue a través de las embajadas de los respectivos países, sin mantener relaciones diplomáticas con ambos países representadas por: John Fitzgerald Kennedy, presidente de los Estados Unidos y NIkita Kruschev el Secretario General del Partido Comunista de Unión Soviética (PECUS) para no llevar al mundo a otro desastre a causa  de la “crisis de los misiles de Cuba, en 1962”.

El dirigente ruso motivo de fiestas decembrinas envió saludos y deseos de mejorar la salud del alto prelado con motivo de la navidad, el pastor universal contestó con unas cuantas palabras con sentido muy profundo: “Muchas gracias por su gentil mensaje de felicitación. Se lo devolvemos de corazón con las mismas palabras venidas de lo alto; Paz en la tierra a los hombres de buena voluntad”.

La Paz es antagónico a la guerra, violencia, agresión y delirio; por consiguiente hay que buscar vivir la paz social y sobre todo la paz individual. Vivir en paz se requiere de mucha fuerza de voluntad, de sacrificio, tolerancia, respeto y abnegación. Paz tiene equivalentes: tranquilidad, bienestar, concordia, prosperidad, dicha y salud. Estos estados anímicos y de resistencia han requerido de la aplicación de justicia y de protección, apoyo, defensa y garantía.

La palabra “paz” ha sido estudiado por filósofos de renombre, es el ejemplo de Platón, al destacar el surgimiento de la cultura humana escribió: “si no se evita la violencia se destruye la comunidad”. Es decir, vivir en comunión, es coexistir en afinidad con los otros, con quienes se comparte un espacio y una cultura. Solón 640 558 A.C., legislador griego: “La sociedad está bien ordenada cuando los ciudadanos obedecen a los magistrados, y los magistrados a las leyes”.

Cuando se desacatan las instituciones y las leyes, se crean los conflictos. Literatos de renombre también contribuyeron con sus recomendaciones para lograr la añorada paz, Antoine de Saint- Exupéry 1900–1944, nos lega uno de sus tantas contribuciones para ser analizadas y llevadas a cabo: “Sí queremos un mundo de paz y de justicia hay que poner decididamente la inteligencia al servicio del amor”. Amor palabra, mágica, sagrada para que prevalezca  el entendimiento entre la especie humana. Amor, es palabra clave en estas fiestas en convivencia a los seres queridos.

Charles Dickens prolífico literato  en letra inglesa lega con respecto a la navidad. “Feliz, feliz navidad, la que hace que nos acordemos de las ilusiones de nuestra infancia, le recuerde al abuelo las alegrías de su juventud, y le transporte al viajero a su chimenea y su dulce hogar”. Apreciada lectora, estimado lector, desde este espacio le deseo Feliz Navidad y próspero año 2018, a pesar de las variaciones que da la vida, hay que aplicar la letra del villancico:

Ven a cantar: 

Gira el mundo, gira el reloj,

Gira el viento, la mar y el sol.

Dale vuelta a tu corazón

y llénalo de amor.

 

P.D. Nos comunicamos en la segunda semana de enero de 2018