Sin decir “agua va”, numerosas panaderías en Pachuca han elevado el precio del pan de dulce, mientras reducen el peso y tamaño del bolillo, de 70 gramos, para mantener su precio de dos pesos la pieza.
Un recorrido por panaderías tradicionales de la ciudad, así como establecimientos de cadenas panificadoras y tiendas de autoservicio, permitió observar que el alza de precio va de entre 50 centavos a 1.50 pesos la pieza de bizcocho.
En panaderías del centro y la avenida Juárez, el alza se ha dado sobre todo el pan de dulce con relleno o apastelado, de los que la pieza que costaba 6 pesos, en promedio, ahora se vende en 6.50 pesos.
Se mantienen los precios de variedades como la concha, el pan tipo polvorón o galleta, y el elaborado con dulce de piloncillo.
Sin embargo es en los expendios al sur de Pachuca en donde se han dado mayores aumentos, alcanzando variedades tan populares como conchas, moños, orejas o cocoles, cuyos precios varían entre 7 y 7.50 pesos la pieza.
Incluso en supermercados el alza en los precios ya resultó notoria para los consumidores, pues variedades como la rebanada de pan “tipo pastel” alcanza ya los 7.50 pesos, y las donas azucaradas o cubiertas se venden en 8 pesos.
En los supermercados del sur de la ciudad se mantienen, “como gancho”, las piezas de pan tipo galleta, en 3 pesos, además de los bolillos “inflados” a base de puratos, que se venden en dos pesos.
Es en panaderías de una famosa cadena en el centro del país en donde se registran los precios más altos en el pan de dulce, pues las piezas se venden entre 7.50 pesos, las más económicas, como las conchas, y hasta 24 pesos aquellas con rellenos de crema apastelada y frutas frescas o en conserva.
“Pasar por diez bolillos y ocho piezas de biscocho para cenar y desayunar, me significa gastar entre 90 y 100 pesos diarios, pero la verdad este pan es muy bueno”, aseguró María Esther Hernández, al salir dela sucursal sur de la panificadora del elefante.
Los bolillos, muy inflados o pequeños
Comprar bolillos obliga a decidir entre las piezas tremendamente infladas, que se venden en supermercados con precios de entre 1.90 y dos pesos, o comprar “minibolillos” de dos pesos en expendios tradicionales.
“Si compro bolillos de Aurrerá están enormes pero se les quita el migajón y no queda casi nada, además de que al otro día están como chiclosos, o voy a la panadería de la esquina donde tienen el sabor y la textura tradicionales, pero están chiquitos… ¡no pesan 70 gramos, como los de antes!”, hace notar Marisol Gutiérrez, vecina del fraccionamiento Las Fuentes.



















