Una de las grandes incógnitas dentro del gremio periodístico y que incluso ha generado un sinfín de mesas de diálogo, de comentarios en favor y en contra, es el relacionado con el periodismo impreso frente al periodismo basado en las nuevas tecnologías. Se trata sin duda de un tema interesante, en virtud de que en ambos casos hay argumentos para defender su postura.
Es evidente que las nuevas dinámicas del periodismo cuentan con otras herramientas y una visión encaminada hacia la tecnología, específicamente con el internet y las redes sociales, que han venido a trasformar la manera de hacer periodismo y fundamentalmente contar como mejor aliado, con la inmediatez.
Hay nuevas generaciones de periodistas, quienes se han formado con las bondades que ofrece la tecnología, que afirman que el periodismo impreso está en su etapa final y que aunque el trabajo informativo es el mismo, llevan gran ventaja por la rapidez con que fluye la información y además los alcances que tiene, desplazando así a lo hecho por la prensa tradicional.
Por otro lado, los periodistas que históricamente han realizado su labor en algún medio impreso, sostienen que el periodismo convencional jamás será desplazado, en virtud de que es necesario tener una evidencia de los hechos a lo largo de la historia y un testigo hemerográfico que dé cuenta de lo que pasa a través del tiempo.
Ambos son planteamientos interesantes, llenos de razón y de certeza, yo coincido en que el periodismo impreso no se acabará, porque es parte de un acervo que dejará registro de los acontecimientos sociales, que existen consumidores potenciales de información a través de un diario de papel y además tomando en cuenta la cantidad de personas que tienen acceso al internet, es menor a quienes pueden tener acceso a un diario impreso.
Coincido con las nuevas generaciones de periodistas, en que la información tiene alcances de mayor envergadura, que una noticia se puede hacer viral de manera rápida y al instante y que puede rebasar fronteras en segundos. Pero no podemos perder de vista algo que es inminente y que ocurre con mucha frecuencia; mucha de la información que hoy fluye en las redes sociales es falsa, equivocada, inexacta, imprecisa, y que además el impacto puede ser irreversible.
Hoy quien tenga en sus manos un dispositivo móvil con internet, o una computadora, puede generar un problema no menor, con tan solo plasmar una idea o un punto de vista, creo que se corre el riesgo de ser irresponsables a la hora de comunicar. Y no se trata de coartar la libertad de expresión, finalmente cada ser humano tiene un punto de vista sobre lo que ocurre y sobre lo que percibe, pero es precisamente en ese mundo de información en el que podemos caer en imprecisiones y peor aún en irresponsabilidades de comunicación.
Cuántos medios conocemos, que por tratar de ganar una premisa lanza al instante una información que resulta equivocada, y es en los medios digitales en donde ocurre este hecho con mayor frecuencia; cosa contraria con los medios impresos, que tienen la posibilidad de analizar con mayor precisión la información que se habrá de publicar.
El periodismo es una profesión única, con el objetivo de informar, de dar a conocer acontecimientos, no importa para qué medio se haga, es sencillamente una actividad que debe mostrar profesionalismo y fundamentalmente responsabilidad, creo que ambas formas de realizar esta labor son bienvenidas, son importantes y deben ser en todo momento un instrumento para comunicar a la sociedad de manera certera e imparcial.
Hasta la próxima
Twitter: @enriquerojas05