Los sindicatos de la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo (SPAUAEH y SUTEUAEH) iniciaron una huelga que afectará a cerca de 54 mil estudiantes, 4 mil académicos y mil 500 administrativos.

Aquellos que emplazaron a huelga, exigen un incremento salarial de entre 10 y 12 por ciento dependiendo del nivel o puesto del personal. También piden un incremento en el pago del aguinaldo equivalente a 10 días más, lo cual pasaría de 80 a 90 días de pago. En el caso de vales de despensa, la petición es de un aumento del 30 por ciento para los agremiados académicos así como administrativos. Además, ambos grupos sindicales piden que se les otorgue un bono bianual por la cantidad de 12 mil pesos, en el caso de SPAUAEH y de 10 mil para el SUTEUAEH.

Las peticiones parecen legítimas para cualquier colectivo de trabajadores. Pero más allá de lo justo y/o injusto de las peticiones lo que llama la atención es el momento y las condiciones en las que se da este paro laboral.

Hay que recordar (aunque es de conocimiento general y extendido) que lo que ocurre en la UAEH pasa siempre por la venia de Gerardo Sosa Castelán. Este personaje obscuro que se hizo de todo el control de la universidad anda muy activo recientemente. Su fervor por la vida política explica que ahora la UAEH inicie un proceso de huelga.

Hace unas semanas Sosa anunció su renuncia al PRI (partido político que lo albergó durante casi tres décadas). Con esa renuncia, Sosa parecía definir su futuro político inmediato al tratar de conseguir una candidatura al Senado por algunos institutos políticos distintos al PRI. La lógica diría que la trinchera natural para tal fin sería la coalición conformada por PAN, PRD y Movimiento Ciudadano. Este último, secuestrado también por la familia Sosa en manos de su hermano Damián.  La moneda sigue en el aire, esos partidos todavía no designan candidatos al Senado lo cual le da una cierta esperanza a Sosa de competir. Pero ventajoso como es, el oriundo de Acaxochitlán,  también buscó la manera de postularse por Morena. Ahí también se encontró con una barrera debido a que el partido de Andrés Manuel López Obrador refrendó la candidatura a la fórmula de Angélica García Arrieta y Julio Menchaca Salazar como lo avía anunciado previamente.

De tal suerte, que ahora con pocas probabilidades de maniobra, Sosa quiere mostrar su músculo político al acomodar sus piezas y poner en jaque al gobierno local  ¿por qué? Porque la propia UAEH se dice financieramente incapaz de solventar las demandas financieras que le piden sus agremiados.

Esto es, a la UAEH no le son suficientes más de 617 millones que le destinó el gobierno del estado para este año. A lo anterior, hay que sumar los 2,600 pesos que cada estudiante paga por al año (1,300 pesos el semestre). Esto se traduce en más de 140 millones. Estos dos ingresos sumados equivalen a más de 757 millones. A lo anterior, hay que sumar otros insumos como el pago de franquicias que se encuentran dentro del pabellón universitario, las gasolineras de la UAEH, el rancho universitario, entre otras. Al final, la UAEH podría recaudar cerca de mil millones por año.

Según los datos de la propia UAEH cuentan con 4 mil académicos. Los profesores asociados perciben poco más de 12 mil pesos al mes. Por el contrario, los profesores titulares ganan cerca de 25 mil pesos mensuales. Si sacamos un promedio nos da una percepción de 18, 500 pesos al mes. Lo anterior, multiplicado por 4 mil académicos nos da 888 millones al año sólo de los salarios de los maestros.

Ahora bien, en la UAEH trabajan cerca de mil 500 administrativos. Quienes perciben desde dos mil hasta siete mil pesos mensuales. Sacando un promedio tendríamos una percepción mensual de 4, 500 meses. Lo anterior, multiplicado por los 1, 500 administrativos da un total de 81 millones al año.

Si sumamos las dos cantidades antes descritas el resultado apenas es mayor a los 969 millones. Es decir, la UAEH parece tener cierto margen para solventar sus propios gastos financieros. Pero, al contrario, pide ayuda financiera al gobierno del estado. Cuando hasta hace muy poco se negó (aludiendo violación a su autonomía) de tener un órgano de control que auditara los recursos que percibe del estado de Hidalgo.

Ante esta situación el propio gobierno local ya se pronunció al respecto. Con un categórico “que la UAEH utilice sus propios recursos” el secretario de gobierno, Simón Vargas, cortó de tajo la hipotética ayuda financiera por parte del gobierno local.

Ante esta situación los miles de alumnos de la UAEH estarán secuestrados (una vez más) a los caprichos del líder del grupo universidad hasta que alguna ventaja política obtenga de este conflicto laboral.

 

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