Gracias a la invitación de mi querida amiga Karina Pizarro, tuve la oportunidad de estar en el XIV Congreso Nacional sobre Empoderamiento Femenino que organiza la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo.
Muchas de las ponencias realmente interesantes, creo que de lo que más me gustó fue ver a algunas de las jóvenes universitarias tan seguras en sus temas de estudio, esas jóvenes son como diamantes en bruto, las imagino dentro de algunos años como profesionistas y feministas. ¡Agárrense que ya vienen!
Una de las mesas donde estuve presente fue sobre políticas públicas, las ponencias fueron: “Políticas públicas en México. Análisis del programa proequidad del INMUJERES”, “Políticas públicas en México para combatir la violencia contra las mujeres y su impacto en lo cotidiano” y “Transformaciones sociales de las mujeres en relación a la institucionalización del cuidado infantil desde las políticas públicas. Una perspectiva de género”.
Las conclusiones en estos trabajos por supuesto no son halagadores, con respecto al cuidado infantil, el estudio señala que sigue significando para las mujeres la doble y la triple jornada, que, en general, los hombres se niegan a asumir su responsabilidad paternal y lo peor, que las políticas públicas en ése ramo están dirigidas a reiterar el papel tradicional de las mujeres en el cuidado de las y los infantes.
Sobre el combate a la violencia de género, el estudio concluye que de nada sirven los esfuerzos por prevenir, sancionar y tratar de erradicar la violencia contra mujeres y niñas si éstos no han ido acompañados de un serio trabajo a favor del cambio cultural, en pocas palabras, seguimos igual.
Muy similar el resultado del análisis del programa Proequidad, señala que es dinero perdido cuando se simula la igualdad y la equidad, pero que realmente la intención verdadera es que no pase nada y que nada cambie.
Por todo lo anterior, creo sinceramente que la decisión gubernamental de mantener cerrada durante un año La Ciudad de las Mujeres que se ubica en Tepeji del Río, responde precisamente a ésa lógica patriarcal y misógina, que quedó de manifiesto en los análisis que hicieron las universitarias sobre las políticas públicas.
El jueves pasado junto con un grupo de mujeres hicimos una especie de auditoría social para verificar las instalaciones y el trabajo que se está llevando a cabo en ése lugar, luego de que se abriera finalmente al público femenino la semana pasada.
Las instalaciones y equipos de primera, ¡ninguna queja!, las mujeres que ahí laboran, al pie del cañón y totalmente convencidas de la importancia de su labor, ¡ninguna queja!, entonces ¿por qué el gobierno no permitió el acceso durante 365 días?, ¡se pudieron haber salvado vidas de mujeres!
¿Quién decidió por todas las mujeres de la zona, que La Ciudad de las Mujeres permanecería cerrado, si las instalaciones, los equipos y el personal estaban totalmente listas?
¡Por favor!, no me vengan a decir que el trabajo inicial ¡era muy bonito, pero que ahora sí les enseñaron cómo hacerlo! Por diseño, por estatutos, por la naturaleza misma de cómo fue concebida La Ciudad de las Mujeres, está prohibida la presencia de hombres ahí y en Ciudad de las Mujeres de Tepeji del Río hay presencia masculina.
Hay en México y en Hidalgo mujeres consultoras reconocidas incluso a nivel internacional, por el trabajo que han hecho y siguen haciendo a favor de las mujeres y que además conocen a la perfección el proyecto, ¿por qué no acudir a ellas? O sea ¡el mansplaining en todo su esplendor desde el gobierno de Omar Fayad!
¿Son los hombres quienes nos van a enseñar cómo atender a las mujeres?, los hombres jamás traicionaran su pacto masculino y de seguro estuvieron y están en Ciudad de las Mujeres, ¡para que nada cambie, para que todo siga igual!
¡Por favor saquen a los hombres de La Ciudad de las Mujeres y dejen a las mujeres trabajar en paz!, si realmente éste gobierno, quiere el bienestar de las hidalguenses, empiecen por renunciar a sus privilegios masculinos.