Las familias pachuqueñas de bajos recursos ya no comen carne a diario… ni una vez a la semana… y si acaso, quincenalmente. Esto ha originado que el sector tablajero haya visto caer sus ventas, y que en los últimos cinco años quien vendía media res por semana, ahora si acaso venda unos 50, 60 kilos.

Ha significado además el despido, en lo que va del año, de unos 90 empleados en Pachuca, y el tablajero ahora corte, prepare, cobre la carne y se encargue de las labores de aseo; “sólo los carniceros viejos, ya con problemas físicos, mantienen un ayudante”, afirmó Jesús Gutiérrez González, representante de este sector.

La carne se ha convertido en un alimento de superlujo para la extensa mayoría de los pachuqueños, afirmó el presidente de la Federación de Tablajeros de Hidalgo. Y es que, hace notar, con un precio de entre 130 y 150 pesos, dependiendo de la región, para comprar poco más de medio kilo hay que emplear todo un salario mínimo.

Más que un precio alto, es el bajo poder adquisitivo lo que ha llevado a las familias a limitar al máximo su consumo de carne. “Una cliente que hace cinco años venía por un kilo de bistec, dos o tres veces por semana, comenzó a venir una vez por semana, luego una vez por quincena, y ahora sólo viene por tres, cuatro bistecs, lo justo para una comida”.

Para Gutiérrez González, el mercado de la carne ha caído “en un período de receso”, que ha obligado a encontrar formas de elevar ingresos. “Ya sea que vendemos verduras además de carne, abarrotes, pollo, dulces y refrescos”.

Un período de receso del cual no se ve una luz al final del túnel, sino estamos en un período de receso. Ya mantenernos es ganancia. Sigue siendo negocio para quienes se han organizado para vender, además de carne, verduras, abarrotes, pollo y hasta tortillas.

Además, sin rastro municipal –pues permanece cerrado desde hace ya cuatro años-, los tablajeros se han tenido que organizar para comprar la res en pie, para llevarla al matadero, repartirse la carne, etcétera, “y así, compartir los costos”.

Recordó el representante de los tablajeros que “una semana antes de que se fuera Eleazar Sánchez nos dijo que al rastro sólo le faltaban detalles, que quedaba presupuesto para terminarlo, pero eso es lo que dijo, porque en la práctica, el matadero permanece abandonado”.

Pidió que las autoridades municipales “nos den la cara, que nos digan qué fue lo que pasó, si quedaron recursos o no para terminarlo, qué es lo que falta para echarlo a andar”.