Graduada con mención honorífica de la Licenciatura en Pedagogía en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Ana Griselda López Salvador, joven estudiante de origen otomí en el estado de Hidalgo busca defender sus raíces de la discriminación, la segregación, el racismo y la exclusión que vive actualmente la comunidad indígena en México.

Es la primera de tres hijos de padres dedicados al campo, originaria de Ixmiquilpal, fue becaria del Sistema de Becas para Estudiantes Indígenas de la máxima casa de estudios dentro de la Facultad de Estudios Superiores Aragón, el cual apoya a 850 alumnos de 36 pueblos originarios, inscritos en más de 100 licenciaturas y programas académicos.

Durante sus estudios destacó en varias oportunidades con su trabajo, la falta de oportunidades que tienen los jóvenes indígenas en México, la constante discriminación y segregación a la que se enfrentan en las escuelas, así como el racismo y la exclusión a nivel general.

Durante la presentación de su examen profesional, Griselda vistió el traje típico de su cultura y acompañada por sus familiares engalanaron y reforzaron el trabajo de que realiza en pro de los derechos indígenas y el orgullo de mostrar sus raíces.

En su trabajo titulado “Ser Mujer Hñähñu Universitaria” destaca como la población indígena ha carecido de estándares mínimos de calidad académica desde su educación inicial. Las escuelas a las que se logra tener acceso no son suficientes ni adecuadas a la diversidad lingüística del país.

Aunado, los profesores tampoco cuentan con una formación técnica y pedagógica idónea, por lo que el proceso de acceso a la educación superior para los estudiantes indígenas es muy difícil y la desventaja social, económica y académica, impiden que logren tener acceso pleno a la Educación Superior y terminar una carrera profesional.

Hoy me siento muy orgullosa de ser miembro del pueblo hñähñu (Otomí), que habita en el Valle del Mezquital, Estado de Hidalgo, que tiene una historia compartida que se plasma en diferentes respuestas debido a los cambios ecológicos, somos los hablantes del camino, hombres con historia, quienes hablamos la lengua nasalizada y tonal, donde la flora y fauna se reflejan en nuestros bordados, cosmovisión que guía nuestro camino, estrecha relación con nuestra Madre Tierra”,  expresó la joven en su ensayo.

Ana Griselda López Salvador es creadora y responsable del Proyecto “Ra hñäki hñähñu hindi ne ra du: ya befi ko ya bat’si dendä ra tuhnini” (La lengua hñähñu se Niega a Morir: Trabajo con niños desde la comunidad) en donde realiza distintas actividades con los niños de la Escuela Primaria de sistema multigrado para desarrollar la lengua hñähñu, que pretende contribuir de manera paralela al desarrollo educativo de los niños a través del progreso de su cultura.

El ser mujer, no ha sido nada sencillo, cuando en mi familia mis padres solo terminaron la primaria y secundaria respectivamente, soy la hija mayor mujer, una de las mujeres que han salido de la comunidad para tener acceso a la educación superior y estudiar una carrera profesional, lidiar con prejuicios de que la mujer no debe estudiar si no casarse y tener hijos, o simplemente una mujer no puede llegar tan lejos por ideologías machistas”.

El ser mujer hñähñu ha sido complejo, pero me siento muy orgullosa de mi lengua y mi cultura, de formar parte de una cultura milenaria, de hablar la lengua de mis ancestros y de comunicarme en ella con mis abuelos, padres y hermanos, de portar con gran orgullo mi traje tradicional, de seguir practicando las costumbres y tradiciones, así como de retomar la organización social y participar más en mi comunidad con acciones que nos encaminen hacia el bien común”.