Alrededor de 110 mil millones de pesos se embolsó la mafia del huachicoleo durante 2016, 2017 y 2018, sin que nada (o casi nadie) lo impidiera. En el primero de dichos años el robo de combustible ascendió a 20 mil millones de pesos, el siguiente a 30 mil millones de pesos y el año pasado las ganancias por extracción ilícita de hidrocarburo en el país sumó 60 mil millones de pesos.

Por medio de la estrategia de cierre de ductos por los que es transportado el combustible la administración del presidente Andrés Manuel López Obrador busca cerrar el grifo a uno de los recursos en los que se sustenta la economía nacional: el petróleo.

Ya se realizó una auditoría a la empresa Petróleos Mexicanos (Pemex) para detectar, entre otras cosas, dónde se originaba la fuga y se hallaron situaciones como que personal sindicalizado tenía en sus manos el manejo del surtido del crudo y ex funcionarios también tenía complicidad en el hurto del recurso.

A cambio de ductos se determinó trasladar el combustible en pipas, bajo resguardo del Ejército. Hasta el momento la gasolina no llega de manera regular a las bombas despachadoras y ello ha ocasionado carencia del producto.

Cada día qua transcurre desde que se echó a andar la estrategia oficial versus el huachicoleo, se agregan  anécdotas,  relatos (en primera, segunda o tercera persona) que se refieren al comportamiento de la saciedad ante esta emergencia.

Desde el inicio se cuestionó que no se haya avisado oportunamente de la decisión de cerrar las válvulas que permiten el surtido de las gasolinas, la gente va y viene por diferentes unidades de servicio para conseguir unos cuantos litros que les permitan cumplir con sus obligaciones laborales, políticas y sociales, entre otras.

Los colegas, amigos o familiares se avisan entre sí de los lugares donde las unidades de servicio están en operación, el número aproximado de los coches en formación y la cantidad que se vende por persona.

Ante esto llegó una iniciativa que pretende proponer que se siga el mismo método que se aplica para el programa hoy no circula; es decir que de acuerdo el color del engomado del programa se surta gasolina a los propietarios de vehículos qu8e requieren el combustible.

Y he que en esa sencilla propuesta se encuentra la posibilidad de qwue el programa pueda operar a la perfección si es que se suman los diferentes sectores sociales y los ciudadanos mismos.

Si la sociedad civil toma cartas en el asunto, así como las diferentes cámaras comerciales y   asociaciones empresariales, para aportar los correspondiente a fin de impedir que una banda de pillos de cuello negro y de cuello blanco sigan hurtando parte de la riqueza  que corresponde a cada uno de los mexicanos, pero no para tomarla y usutructuarla a su gusto, sino para administrarla y manejarla de manera consciente.

 

✉️ Georginaobregon433@gmail.com

Twitter: @Georobregon