La frase que he elegido para el título de esta columna ha sido tomada prestada de una de las películas de la saga de Batman, a saber, The Dark Knight (El caballero de la noche). Esa fue una película muy importante por diversas razones, una de las cuales es la espléndida actuación de Heath Ledger, quien interpretó al famoso Joker.
En una de las escenas, Alfred (Michael Caine) le dice a Bruce Wayne (a propósito del comportamiento inexplicable del Joker) que: “Hay hombres que solo quieren ver arder el mundo”. Hace referencia a un bandido que asolaba un bosque y cuya única motivación era crear el caos. En los últimos meses hemos sido testigos de personas que parecen comportarse de la misma forma sin una razón aparente.
Estamos presenciado un proceso de desaceleración económica a nivel global: Estados Unidos, Gran Bretaña, Alemania, Italia, Brasil, Argentina y México están experimentando un crecimiento económico muy lento y la lista incluye a las 20 economías más grandes del planeta. No obstante, los detractores del gobierno del presidente López Obrador parecen disfrutar de anticipar supuestas caídas y descalabros que solamente ellos parecer ver.
Eventualmente, se espera desde hace más de un año que se produzca un ciclo de desaceleración global. Esto seguramente incluirá a nuestro país. Sin embargo, hasta el momento las medidas tomadas por la administración actual han estado a la altura de las circunstancias y si bien el desarrollo económico no ha sido espectacular, la confianza del consumidor y la paridad de nuestra moneda con el dólar se han mantenido bastante controladas. Tal parece que los opositores del gobierno actual buscan que se produzca el colapso para enfatizar que solo ellos tienen la razón.
En otro orden de ideas, en las recientes marchas de mujeres contra la violencia de género, el reclamo social genuino por parte de miles del mexicanas que se han visto violentadas y sometidas a un trato absolutamente abusivo por parte de muchos varones y de la sociedad en su conjunto, se ha visto contaminado por la presencia de lo que parecen ser grupos de choque de infiltrados.
La ultraderecha mexicana ha contado, históricamente, con grupos de choque que han infiltrado manifestaciones sociales legítimas con el único objetivo de desvirtuar los reclamos sociales de diversos grupos. La película Roma, de Alfonso Cuarón, da cuenta de ello en la escena memorable de la marcha del jueves de Corpus de 1971. Recuerdo que siendo un niño pequeño, uno de mis hermanos me mostró las fotografías donde se alcanzaban a ver a los integrantes del grupo paramilitar de los halcones portando varas de kendo y subametralladoras, creando el caos entre el grupo de estudiantes. Actualmente esas imágenes pueden descargarse por internet, pero en 1971 el tener fotografías de la masacre hubiera sido equivalente a terminar en la cárcel o desaparecer “misteriosamente”. ¿Qué perseguía el (en ese entonces) presidente Luis Echeverría con ese “operativo”? Desvirtuar la legitimidad del movimiento estudiantil y crear confusión entre la sociedad de manera que la población fuese más manipulable a las versiones oficialistas.
Hemos avanzado como sociedad, pero las prácticas deleznables de la ultraderecha mexicana permanecen soterradas y son apoyadas por algunos “periodistas” que anhelan el regreso de tiempos oscuros que la sociedad mexicana ya sufrió y que nunca más deben repetirse.
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