Miles de pachuqueños y vecinos de municipios aledaños congestionan los tianguis, locales comerciales y hasta sitios de internet en donde se comercializan prendas de vestir “de paca”, ya sea de saldo o usadas, para poder vestir gastando entre 10 y 200 pesos por prenda.

Recorrer tianguis como el de Forjadores, La Providencia, Venta Prieta, San Cayetano o La Barata, entre muchos más en Pachuca y Mineral de la Reforma, permite observar la fuerte demanda que tienen estas prendas de vestir entre aquellos cuyo poder adquisitivo no les permite comprar prendas nuevas, nacionales.

Es el caso del tianguis en la colonia Forjadores, en Mineral de la Reforma, en donde cada sábado cientos de personas, principalmente mujeres, se dan a la tarea de “escarbar” entre toneles de prendas de vestir llegadas de Estados Unidos, buscando algo que quede a los miembros de la familia.

“Acá con 200 pesos me llevo 10 piezas para mi familia, cuando una playera en Aurrerá es lo que me cuesta”, afirma Luz María Izquierdo, quien llega muy temprano a buscar, también, ropa interior, sábanas –aunque impares-, toallas y algún mantel, todas usadas. “Aún usadas, son de mejor calidad que las nuevas que puedo pagar”, asegura.
Pero incluso la ropa usada estadounidense se ha encarecido. “20 la pieza”, anuncian cartulinas de colores en los puestos de prendas “de fayuca” –aunque ya introducidas legalmente al país-, cuando hace un año esas prendas se vendían en 10 pesos.

“Mi marido gana mil 300 pesos semanales, yo ayudo con otros 800 pesos que gano, y después de pagar por la comida, la casa, el transporte, los gastos de la escuela de mis dos hijos, el agua, la luz y el gas… ¿qué podemos vestir si no es esto?” pregunta a su vez Rosana González, consumidora desde hace años de este tipo de prendas.
Se pensaría que recurren a la compra de saldos y ropa usada americanos sólo personas de la clase obrera, pero no es así. Revuelcan los toneles de prendas personas que evidencian un mayor poder adquisitivo, como Laura “N”, profesionista y con un salario de casi tres mil pesos mensuales, quien busca entre saldos ropa nueva americana con precios que van de los 50 a los 200 pesos en ese tianguis, y que lo hace buscando “calidad y precio”.
Muestra una blusa que encontró, de diseño moderno, con las etiquetas de origen, “y que me costó 120 pesos… con ese dinero, ni una playera corriente en un supermercado”, hace notar.

En los puestos de saldos es posible comprar prendas de vestir nuevas y hasta de marcas de prestigio mundial, pero que en Estados Unidos “pasaron de moda, son saldos”, pues corresponden a las tendencias de uno o dos años atrás en la Unión Americana.
Recurren también a estos puestos en tianguis aquellas personas que por su complexión muy delgada –tallas de la Cero a la 4-, o grande –tallas de la XL a la XXXLLL-, difícilmente encuentran ropa nacional a su medida.

“Mi hija parece fideo; sólo aquí le consigo fácilmente pantalones de mezclilla pegados, como le gustan, y de su talla, la dos”, hace notar María José Ramos, quien asegura que estos pantalones puede conseguirlos en una famosa tienda de ropa en Pachuca, “pero ahí me cuestan 800, 900, mil 600 cada pantalón, y aquí me los dan en 100 o 150 pesos, nuevos, de saldo.”

En estos tianguis, como en locales comerciales y sitios de internet, es posible conseguir además bolsos, zapatos, botas, tenis, chamarras, abrigos y hasta otros productos importados como medicamentos y artículos de belleza y para el aseo personal.