En búsqueda de la fuerza que da la unidad para enfrentar momentos muy difíciles en materia económica, de regulación fiscal y competitividad en el mercado, la Asociación de Distribuidores de Automotores de Hidalgo (ADAH), con sus 50 años de existencia en el estado, se sumó a las organizaciones que conforman el Consejo Coordinador Empresarial de Hidalgo (CCEH).

Preside esta asociación, que forma parte de la Asociación Mexicana de Distribuidores de Automotores (AMDA), el chihuahuense Octavio Márquez Martínez, gerente general de la Volkswagen Pachuca, quien está próximo a cumplir un año en el cargo tras haber sido electo por su compromiso de “hacer de la ADAH una organización fuerte y muy competitiva.”

Cuenta para lograrlo con la experiencia de haber trabajado en cuatro de las cinco distribuidoras de automotores más fuertes en el país, en su tierra natal. “Me faltaba la Volkswagen y ahora estoy en ella.”

De mirada sagaz, tono fuerte de voz y una forma de hablar contundente, precisa, el representante empresarial no duda en señalar la importancia de la unidad de los empresarios en los momentos actuales.

Representa Márquez Martínez a un sector empresarial que ha pasado de la desaceleración económica a una franca recesión, después de hilar 28 meses consecutivos con ventas a la baja que este año suman, al mes de septiembre, una disminución del 13 por ciento, frente un índice nacional de 7.4 por ciento.

Son muchos los factores que inciden en esta caída: la inestabilidad económica generada por el cambio de régimen gubernamental cuyos alcances no se perciben aún con toda claridad, consumidores que actúan con extrema cautela ante el cambio, una banca comercial que ha elevado sus medidas de garantía en la autorización de créditos y una normatividad fiscal, “persecutoria”, que desalienta el mercado del automóvil y, por ende, propicia la proliferación de “lotes” con venta de autos usados.

“Sí, el reto no es nada fácil, pero me fascina vencer retos”.

Más que bailes, capacitación

La ADAH inició actividades hace medio siglo con 7 asociados; hoy suman 18, es decir, el mismo número de marcas automotrices que más impactan en el mercado mexicano.

“Me encontré con prácticas de muchísimos años, como festejar la llegada de un año nuevo con una fiesta de gran gala, una inversión de 240 mil pesos… dinero que conmigo, ahora usamos para dar capacitación, mucha capacitación, desde gerentes a vendedores de piso. Nos urge ser mucho más competitivos.”

El mercado de Hidalgo presenta características muy propias que constituyen un gran reto: “muchos consumidores siguen viajando a la Ciudad de México a comprarse allá sus autos nuevos, pensando en ahorrarse unos miles de pesos; debemos revertir esta tendencia mejorando, por ejemplo, nuestro servicio en talleres.”

Un servicio eficiente que debe entenderse “como el que llevas tu auto al taller para una revisión periódica o una pequeña reparación y se te entrega una hora después, y no con el actual “venga usted mañana” o “llámenos mañana a ver si ya quedó.”

Y muy importante: “no sentarnos a esperar al cliente; ¡debemos salir a buscarlo!”
Comprar un auto nuevo en Pachuca debe ser más atractivo que desplazarse a comprarlo a la CDMX o Puebla, “y eso sólo lo conseguiremos con competitividad, con ofrecer las mismas o mejores condiciones de venta”, y subraya, “sí, sí es posible.”

Frente común ante un panorama adverso

En lo general la ADAH busca en el CCEH la excelente relación con el sector gubernamental, con el legislativo, además de la fuerza que da la unidad de los distintos sectores productivos.

“Tenemos que hacernos escuchar, y fuerte”, para enfrentar situaciones, incluso, político-electorales, “como la posibilidad de que en busca de ganar el voto, se promuevan campañas de regularización masiva de autos usados estadounidenses. Ataúdes ambulantes que poco tiempo después de internarse y quedarse en el territorio, engrosan los cementerios de chatarra. Y tenemos a la puerta un proceso electoral.”

Llevar la voz de los empresarios a los congresos, local y de la Unión, para que se deje de considerar, de entrada, a un comprador de un auto nuevo como un presunto evasor fiscal o lavador de dinero.

“Son tantos y tantos los formatos que debe llenar quien quiere comprar un auto nuevo, que llega a hartarse, desalentarse, y a optar por comprar un auto usado, lo que resulta simple.”

Rechazan además los distribuidores de automotores ser el instrumento del Servicio de Administración Tributaria (SAT), para cerrar la tenaza fiscal en torno al cliente y ser considerado como evasor solidario. “Nuestra papel es vender; la función de Hacienda es fiscalizar.”

Pero de no hacerlo, vienen las multas. Y no son multas de miles de pesos sino de 40, 50 millones, que llevan al distribuir a optar por decirle a Hacienda “mejor ahí te dejo el negocio”.