Cuando surgió a la luz el problema sistemático del feminicidio en Juárez mucho se dijo respecto a que estaba vinculado al Cine Snuff (grabar crímenes reales y venderlos en un mercado clandestino). De eso han pasado 20 años y la producción de pornografía ilegal ha crecido de manera monstruosa hasta que llegamos a ser el primer productor de pornografía infantil.
Lo menciono porque el feminicidio infantil ha subido un 11.3 %. El número de feminicidios es ahora de 10.5 por día. Los niños y las niñas tienen los siguientes números en México: a diario mueren 3 y desaparecen 7. La violencia contra la infancia es prácticamente equivalente a la violencia de género.
Dice el presidente que la muerte de una niña de 7 años responde a la descomposición social que vino del modelo neoliberal. Que la honestidad y la pureza como nuevo pensamiento político van a acabar con esto. Si su objetivo es perder puntos en su aprobación su visión es absolutamente correcta. La indignación sobre su respuesta en la mañanera sobre la muerte de la niña Fátima ha sido general.
Las tragedias unen a los pueblos. No en balde cada que sufrimos un terremoto la solidaridad aflora y salimos a las calles a poner nuestro granito de arena. Lo de Fátima es sin duda una gran tragedia. Pero la tragedia nacional es que el presidente, que tendría que tener la voluntad y el poder para enfrentar un tema como este, haga tal despliegue de su ignorancia y ceguera.
El feminismo es el movimiento que ve no solo por las mujeres y sus derechos y problemáticas, sino por sus hijos, sus maternidades, sus familias, su capacidad económica, educativa y laboral. Al feminismo el presidente solo atina a decirles 10 frases repetitivas en las que demuestra 10 veces al hilo que no entiende ni conoce los temas que le cuestionan. También deja claro que no le interesa informarse al respecto y que no pretende adoptar políticas públicas ni legislativas que abonen a resolver las demandas de las feministas.
Lo que sí pide es que no le pinten su puerta. Que no le rayen el Ángel ni el Hemiciclo a Juárez. Que no va a reparar en usar fuerza antimotines con tal de salvaguardar sus paredes y monumentos. Deja claro que va a defender los daños materiales del feminismo, pero no va a aplicar un minuto de su tiempo a atenderlo, conocerlo y responder de manera acorde con una serie de reclamos que son 100 % legítimos. #JusticiaParaFatima #NiUnaMas #JusticiaParaIngrid y tantas y tantas más.
Suena bonito que el presidente hable de almas, pureza, honestidad y moral, pero en un estado laico viene sobrando. En lo que va de su 4a Transformación los índices de violencia han escalado. Los servicios de salud han disminuido. El crecimiento económico ha sido de 0. Nadie dijo o pensó que la iba a tener fácil, pero tampoco que fuera tan insensible y ciego ante las mujeres y los niños como lo demostró este lunes.
En lo que le puedo dar la razón es que sufrimos una degradación social enorme, no solo por el modelo neoliberal que tanto le repugna, sino porque los números hablan por sí solos. Nuestro tejido social está devastado. Un país que abusa sexualmente de niños, niñas, mujeres, minorías y animales está invadido por un cáncer social que no solo es económico como lo es el crimen organizado y la delincuencia en general. El machismo del que somos cuna histórica desde hace siglos es la fuente de toda esta malignidad. Para diluirlo es importante que tanto el Estado como la sociedad civil se unan en un esfuerzo que ataque por todos los frentes: educación, cultura, asistencia a víctimas, justicia, no impunidad, perspectiva de género… Temas que nuestro presidente hoy dejó claro que no le pasan por enfrente.
¿Qué nos queda? Tomar las calles, invadir de nuevo los titulares del mundo con la Furia Mexicana. Me queda claro que solo las mujeres son las interesadas en provocar un cambio. En mesas de diálogo, en pintas de monumentos y puertas, en plantones en las calles y zócalos de todo el país. Se va a caer porque mientras siga de pie seguiremos muriendo junto con nuestros hijos y hermanos como moscas y sumándonos a una estadística anónima que resta dignidad a cualquier víctima.
Señor presidente, se va a enojar, a lo mejor enojado responde con el valor y el coraje que tendría que demostrar ante hechos tan lamentables que suceden durante su gobierno. Nosotras y nuestras familias ya estamos muy enojados con usted y con la incapacidad de su gobierno en algo tan fundamental como mantener vivos a los ciudadanos. ¿No se ha dado cuenta de que usted dio por terminada la guerra contra el narco, esa guerra neoliberal que tanto asco le da, y que los muertos a un año y meses de su 4a Transformación son más?