En la delegación del ISSSTE Hidalgo, han notado un incremento de hasta el 30 por ciento en el número de personas que desarrollan hipertensión arterial, derivado de factores de riesgo como la herencia, el consumo excesivo de sal, el ritmo de estrés en su vida, la obesidad, el sobrepeso, la edad, lo que conlleva a complicaciones más severas si no se controla los niveles de presión arterial, con daños a nivel de corazón, riñones, ojos y cerebro, para lo cual en el caso de evento vascular cerebral, el Instituto aplica las estrategias Código Stroke y Camaleón.

Sobre el tema, el doctor José Roberto Medécigo Hernández, especialista en Medicina Interna, Alergia e Inmunología Clínica del Hospital del ISSSTE en Pachuca, explicó que la hipertensión consiste en el aumento de la presión arterial en nuestra sangre, que normalmente es algo que ocupa nuestro cuerpo para que pueda llegar la sangre de manera eficiente a cualquiera de sus órganos a una presión normal, “sin embargo, el cuerpo tiene muchos mecanismos de control para evitar que suba en forma excesiva o que descienda de manera importante”.

“La hipertensión es cuando sale de esos rangos y cuando aumenta más allá de sus valores tolerables, y empieza a generar problemas en el organismo, problemas que están relacionados cuando al aumentar la presión arterial, los órganos se afectan y ya no tienen una circulación adecuada y se privan prácticamente de tener un flujo sanguíneo de manera correcta”.

Esto afecta sobre todo a los órganos más importantes, que son los que se ven más afectados, como son el cerebro, el corazón, los riñones o la retina.

Medécigo expuso que las personas que tienen más riesgo de padecerla, son sobre todo aquellas personas que tienen factores hereditarios, es decir, quienes en casa hay papá, mamá, abuelos, familiares que tenga presión alta tienden también a padecerlo, cuando se sobrepasa los 40 años de edad aumenta el riesgo de padecer hipertensión arterial, así como las personas que ingieren una cantidad de sal en los alimentos o bebidas de manera importante.

Otro riesgo es para quienes tienen otros hábitos, como es el tabaquismo, la ingesta de alcohol pero también quien sufre de estrés, sobre todo que ahora se maneja mucha presión en los tiempos de las distancias en los trabajos, son todos ellos factores de riesgo que en una persona pueden aumentar el riesgo de desarrollar hipertensión arterial.

El especialista apuntó que no es absolutamente cierto que la hipertensión arterial no dé avisos, ya que la mayor parte de las ocasiones está enfermedad sí avisa, pues sus síntomas generan dolor de cabeza, sueño, zumbido de oídos, ver lucecitas cuando se realizan algunos esfuerzos, se hinchan las piernas o se sienten cansadas, “un 70 por ciento de la población sí tiene síntomas que le están avisado que su presión está subiendo, que se está elevando su presión”.

No obstante, señaló que en algunos otros casos, se presenta una elevación de la presión silenciosa, en donde a veces no se percata el paciente, porque no le acompaña ningún síntoma que esté avisando, “la forma en que nosotros tenemos que tener vigilancia de ese proceso es acudir al médico a revisión, que no nada más vayamos cuando tengamos dolor o cuando sintamos algún malestar, que lo hagamos de manera rutinaria una o dos veces al año, que nos chequen la presión arterial en cualquier módulo o centro de salud del ISSSTE o del Seguro Social”.

Medécigo dijo que esa es la forma en que cuando no hay síntomas, los pacientes puedan darse cuenta de que su presión arterial pueda no estar dentro de los valores normales.
Al preguntarle cuándo la presión no está dentro de los parámetros normales, detalló que se manejan cifras de presión arterial de manera internacional “hay una clasificación que se llama JNC, actualmente es JNC-8 que es la octava medición que tiene, la cual marca determinadas cifras, para que nosotros sepamos si nuestra presión está dentro de lo normal o no, o si está por arriba de sus valores normales”.

“Por lo regular, lo que se maneja son dos presiones, que es las sistólica y la diastólica, la sistólica no debe rebasar los 130 milímetros de mercurio, y la diastólica no debe de rebasar los 88 milímetros de mercurio para considerarla todavía dentro de rangos normales”.
Aclaró que en cada persona es diferente, pues hay personas que manejan presiones muy bajas, y con poco que suba su presión arterial, aunque aún se mantenga dentro de rangos normales, a esa persona le va a generar síntomas, “a veces pueden tener fuera de rango estas presiones ya clasificadas pre hipertensión o hipertensión grado 1 o hipertensión grado dos, y puede la persona no tener síntomas, pero son cifras que nos están avisando, aunque el paciente no sienta nada, que ya se está considerando un riesgo de hipertensión arterial”.

El diagnóstico se realiza tomando de manera rutinaria la presión a las personas que se les detectó presión arterial por arriba de los rangos normales, “tenemos que hacer una bitácora de presión, por lo menos durante una semana o cinco días, en donde el paciente se tome la presión arterial a diferentes horas del día, y en base a esas tomas de presión arterial, si más de dos o tres están rebasando estas cifras de lo que se considera permitido, ya hacemos el diagnóstico de hipertensión arterial”.

Al referirse a los tipos de hipertensión arterial, indicó que existe la hipertensión primaria, que es donde nada más existe los factores de riesgo, como los hereditarios, tabaquismo, la ingesta de sal y el estrés; y la hipertensión secundaria, que se relaciona con problemas de alteraciones a nivel renal, hipertiroidismo, coartación de aorta, que es una alteración en la arteria aorta que sale del corazón, y algunas patologías que implican la afectación de las glándulas suprarrenales que liberan moléculas que aumentan de manera exagerada la presión arterial.

Además, dijo que existe la hipertensión asociada al embarazo y la hipertensión que es secundaria al embarazo, “son dos diferentes, una es asociada al embarazo y otra normalmente tiene qué ver con preeclampsia y eclampsia, que en las mujeres embarazadas es cuando aumenta su presión arterial durante el embarazo”.

Afirmó que una vez que dan a luz, las mujeres vuelven a su estado normal, y en algunas personas que ya tienen hipertensión, pero que también tienen el embarazo, se manejan de manera distinta, porque no tienen una eclampsia o preeclampsia.

Medécigo añadió que existe un estudio que se llama MAPA, que significa Monitoreo Ambulatorio de la Presión Arterial, en el que se le pone al paciente un brazalete y en forma automática ese brazalete está haciendo registros a través de una memoria que tiene un aparatito que se conecta al paciente, mediante la cual se hacen las tomas de presión arterial, y después se hacen las tomas del registro que tuvo ese aparatito, y con base en eso y de acuerdo a los registros que se tenga, si estuvieron en rango o si estuvieron fuera de rango normal, también se considera esta forma para establecer un diagnóstico de hipertensión arterial.

Otro factor de riesgo que hay que agregar a la hipertensión, es que la persona tenga sobrepeso u obesidad.

Manejo del paciente
Una vez confirmado el diagnóstico, se le indica al paciente que baje de peso en caso de estar excedido de peso, que haga ejercicio, que deje de comer alimentos que estén salados, que no se desvele, que evite el tabaco, que evite el alcohol y mejorar las condiciones o situaciones de estrés, “y la otra es cuando ya se inicia la administración de fármacos hipertensivos, que por lo regular iniciamos con diuréticos o fármacos que son sencillos, que no son conjugados, ya en la actualidad ya hay fármacos que nada más viene un solo medicamento o presentaciones que vienen dos o tres fármacos asociados en una sola tableta, dependiendo de la severidad o de la magnitud que tengamos en la elevación de la presión arterial, es el tipo de tratamiento que el médico que se va a empezar en cada paciente”.
En un paciente hipertenso, la presión arterial regularmente con el tratamiento médico no va a bajar tan rápidamente, “siempre se le dice al paciente que el tratamiento va a empezar a hacer efecto entre 3 a 5 días aproximadamente, hasta que se estabilice la presión arterial, es el tiempo que nosotros tenemos como rango para verificar que el medicamento está haciendo efecto adecuado de normalizar la presión arterial”.
“Nosotros tenemos que dar seguimiento a ese paciente a través de una consulta externa en donde estemos vigilando que la presión se normalice, si ya pasaron esos 5 a 7 días en que iniciamos un tratamiento y la presión arterial no baja a sus valores normales, entonces tenemos que hacer ajuste al tratamiento”.
De presentarse una situación así, se hace un cambio en el medicamento o al tratamiento se le agrega otro tratamiento diferente para que se logre controlar la presión. Reconoció que hay presiones que son de difícil control y de difícil manejo, por lo que en estos pacientes se aplica una vigilancia más estrecha cada cinco días, cada semana o cada quince días, para estar observando una buena respuesta del tratamiento.
La hipertensión es una enfermedad crónico-degenerativa, que no se quita, no se cura, y sólo se va a controlar, y que puede lastimar órganos si el paciente no tiene un control adecuado de su presión arterial.
En los casos en que la presión aumenta en lugar de mejorar, porque puede suceder de acuerdo al estrés que el paciente tiene, estos pacientes de inmediato tienen que acudir a un servicio de urgencias para que se puedan atender y ajustarles el medicamento lo más rápido posible.

Aumentan hipertensos

Medécigo reconoció que en el ISSSTE en Hidalgo sí han notado un aumento de casos de hipertensión, pues anteriormente los pacientes que se encontraban entre los 40 a 45 años era una edad en que les aumentaba la presión arterial, “sin embargo, ahora estamos viendo pacientes antes de los 40 años que han iniciado con hipertensión arterial, por los factores de riesgo que ahora fuman y toman a edades más tempranas, el estrés es un condicionante muy importante, no nada más para hipertensos, sino para infartos agudos al miocardio, ya que se ha incrementado el estrés por las cuestiones económicas, laborales, familiares, que son un factor de riesgo importante y en base a eso, es que sí ha aumentado de manera significativa la población hipertensa en el ISSSTE”.

Estimó que ese incremento es de aproximadamente 30 por ciento en los últimos dos o tres años, al aumentar pacientes con hipertensión arterial, lo cual es más frecuente que se presente en el medio urbano que en el medio rural, ya que se está teniendo más factores de riesgo en las ciudades de la entidad, a diferencia del campo donde la vida es más tranquila.
Indicó que en el cuidado de esta enfermedad, la mujer es más cuidadosa en el seguimiento del tratamiento, a diferencia de los hombres que no lo hacen tanto en el control de medicamentos y la vigilancia de su hipertensión.

Riesgos de la hipertensión

Las complicaciones más comunes debidas a una hipertensión descontrolada, en primera son al corazón, porque es el órgano que está íntimamente relacionado con el control de la presión, y estos pacientes pueden desarrollar insuficiencia cardiaca, arritmia cardiaca, y lo más grave es que tengan angina de pecho o que evolucionen a un infarto agudo al miocardio.

“El segundo órgano más vulnerable es el cerebro, ya que no solo tiende a producir strokes, que son los infartos agudos al cerebro, sino que también desarrolla hemorragias cerebrales, pues cuando la presión arterial sube demasiado, lo más fácil es que se rompa una arteria o un vaso sanguíneo a nivel cerebral, y se produzca una hemorragia cerebral”.

También se puede sufrir una enfermedad renal crónica, lo que anteriormente se denominaba insuficiencia renal, debida a una hipertensión arterial, “hay pacientes que tienen retinopatía hipertensiva, pierden la visión, tienen hemorragias a nivel de la retina y pierden la vista o la otra que pueden desarrollar es el glaucoma, pues se eleva la presión a nivel intraocular, que también lopps hace en muchas ocasiones perder la visión”.

“Desgraciadamente muchas veces los síntomas son agudos, cuando un paciente se infarta, tiene el dolor opresivo que se siente en el pecho, una sensación de ahogamiento, un dolor que se irradia hacia el hombro izquierdo, que se acompaña de náuseas, vómito, de sensación de querer evacuar, eso más que nada es a nivel del corazón”.

En la insuficiencia cardiaca, sienten falta de aire, tienen una sensación de ahogamiento, se hinchan los pies y la cara, lo que habla de que el corazón está teniendo una falla. De igual modo, cuando el problema es a nivel de los riñones, el paciente se le hincha la cara, tiene un aliento a orina, lo que son datos de enfermedad renal, “se hinchan, la piel se pone como una escarcha, que da mucha comezón”.

A nivel cerebral, los casos son agudos, pues el paciente puede perder la conciencia de manera súbita, perdiendo la movilidad de todo o la mitad del cuerpo, presentar crisis convulsivas, “depende de la magnitud de la lesión en el cerebro, son las características que también puede presentar el paciente”.

Código Stroke
Precisamente por estas complicaciones, en el ISSSTE se ha implementado una estrategia llamada Código Stroke, de la cual habló el doctor Pablo Rodolfo Córdoba Santos, especialista en urgencias médico quirúrgicas, quien explicó que este código es una manera para atender de una manera pronta y rápida a los pacientes que tienen un evento vascular cerebral o infarto cerebral.
Advirtió que es muy importante la atención rápida, porque cuando alguien tiene una trombosis en el cerebro, “cada minuto que pasa se mueren más o menos dos millones de neuronas, entonces mientras más pasa el tiempo, las personas quedan con un daño neurológico más importante”.
Como el tiempo apremia, se buscó la estrategia para que la identificación de estos pacientes sea rápida y pronta, y la atención y el medicamento se administren lo más pronto posible.
“Un evento vascular cerebral es cuando hay un coagulo en el cuerpo, que se puede formar en cualquier parte del cuerpo, y llega hasta una arteria del cerebro, la tapa, al taparla ya no pasa sangre a cierta área del cerebro, y esa área se muere”.
Detalló que las neuronas de esa área que se muere, no aguantan mucho tiempo sin flujo sanguíneo al área cerebral, “entonces en minutos se mueren, y es un área muerta que ya no es recuperable, pero lo que sí recuperamos es un área que se llama Penumbra, que es el área alrededor del área muerta, que es la que intentamos recuperar con el tratamiento que se llama trombolisis”.
Identificado al paciente, el estudio que se ocupa es una tomografía simple de cráneo, por lo que tras identificarlo, se le pasa de inmediato a la tomografía, para descartar que tenga una hemorragia cerebral, ya que las hemorragias e infartos cerebrales tienen síntomas parecidos, pero sus tratamientos son diferentes.
Una vez obtenida la tomografía, se les aplica el medicamento, que es un trombolítico para deshacer el coagulo, por lo que es importantísimo administrarlo de manera rápida.
Explicó que el Código Stroke en el ISSSTE funciona empezando por enseñar a la mayoría del personal, como policías, recepcionistas y trabajo social, para que cuando vean o identifiquen a alguna persona con un dato de evento cerebrovascular, lo pasen de inmediato al Triage.
Allí se hace una escala de Cincinnati, donde ven si el paciente es candidato y si tiene datos de evento vascular cerebral, se activa el código en el servicio de urgencias, con lo que llegan los médicos con una mochila que trae todo lo necesario para la atención de ese paciente, y se le lleva en camilla o silla de ruedas al tomógrafo, a quien se le saca de inmediato su tomografía.
En caso de hemorragia, se le canaliza a otro tratamiento, pero si se trata de un infarto cerebral, se le administra el trombolítico.
“Nosotros tenemos un periodo de ventana, es decir, desde que el paciente inicia sus alteraciones neurológicas, podemos administrar el medicamento hasta en tres horas que es lo ideal, pero lo podemos extender hasta 4 horas y media”.
Sin el paciente llega después de 4 horas y media al servicio de urgencias, ya no es candidato al tratamiento, pues queda fuera de la ventana y se puede hacer muy poco por ese cerebro que quedó con el infarto, dejándole secuelas importantes al paciente, como la perdida de movilidad.

Detección de evento vascular cerebral
Para detectar a una persona que está presentando un infarto cerebral, se capacita al personal y a los derechohabientes en la estrategia Camaleón, que viene de una iniciativa mundial llamada Anger, que hace que los hospitales tengan el protocolo sobre estos pacientes.
Camaleon tiene algunos videos en forma de caricatura, que son para la población, para que se entere de qué se trata, pues Camaleón es Ca de cara, cuando vean a alguien que tiene una deformidad en la cara o la boca se le va de lado o el ojo se le cae, hay que llevarlo a urgencias. La Ma es de mano, si disminuye la fuerza de un brazo o una pierna, hay que ir a urgencias, lo mismo la Le, de lengua, ya que si se percibe que una persona empieza a arrastrar las palabras o en su forma de hablar no puedan articular palabras o que balbuceen, hay que llevarlo al hospital, y On se refiere a activarse para llamar a una ambulancia para que el paciente sea trasladado de urgencia.
Incluso, el ISSSTE recibe a pacientes que no son derechohabientes del hospital para proporcionar este Código Stroke a quienes se da tratamiento completo, con tomografía y se tromboliza, aunque su tratamiento subsecuente lo llevan en su unidad, sea ISSSTE, IMSS u Hospital General.
Tras esta intervención, el paciente permanece hospitalizado y comienza la etapa de rehabilitación, pues siendo estrictos, viendo si el tratamiento ayudó a mejorar al paciente, se puede notar en tres meses, ya que si se actuó rápido, el paciente puede recuperar su movilidad y fuerza, si es que no movía la mano o no podía mover extremidades, “la gran mayoría se recupera muy rápido”.
Sin embargo, cuando los pacientes llegan tarde, puede presentar secuelas severas y se le tromboliza con otro tratamiento para limitar el daño a nivel cerebral, “los pacientes que llegan fuera de la ventana de 4 horas y media, si llegan sin mover el brazo, con el tratamiento tal vez no se incremente la disminución de la fuerza, pero si se quedan con esas secuelas, con disminución de fuerza en brazo o piernas, o con alteraciones en el habla”.
Pueden tener una recuperación en meses con la rehabilitación, pero ya no es la misma que si se le aplicara en el periodo de ventana, además de que siendo personas mayores de edad también se dificulta su recuperación, “como los daños son muy grandes, el paciente queda totalmente dependiente de los familiares para todos sus procesos, baño, comida, cambio de ropa, todo. Es un cambio totalmente para la familia cuando tienen un integrante que sufrió un evento vascular cerebral y no se le da tratamiento a tiempo”.
En el ISSSTE en promedio la atención se brinda en 17 minutos y tan solo el año pasado, fueron 14 pacientes los que entraron al Código Stroke para recibir atención inmediata.