Cada ocasión que surge un fenómeno social los mass media realizan coberturas impresionantes sobre dichos sucesos, que muchas veces llegan a alterar las rutinas de los ciudadanos, y les lleva a ellos a desarrollar una especie de psicosis en masa, donde los ciudadanos se comportan de manera ilógica.

La sugestión es un fantasma mental con alcances impresionantes.

La gente tiende a realizar toma de decisiones sin mucho razonamiento, se van de lleno, con lo que ven en la televisión, con lo que leen en sus redes sociales, y entonces, vienen las crisis sociales, vienen las fracturas de las rutinas habituales, y se convierten en un laboratorio de conducta social, donde vemos y observamos sus miedos sociales.

Un caso reciente de histeria colectiva de mucho movimiento en una población escolar se presentó en el poblado de Kota Bharu, al norte de Malasia. En un instituto académico, un grupo de estudiantes señaló que habían observado a una figura negra deambular por los pasillos del recinto.

Poco a poco algunos estudiantes más se fueron con esta afirmación, y dijeron también que habían visto a esa entidad, hasta una catedrática aseveró que dicha entidad intentó entrar en su cuerpo.

Fue tal el alboroto, que la escuela debió cerrar sus puertas, e inclusive se llamó a un grupo de expertos en exorcismos, para que se ocupara de esta situación, realizaron así varias sesiones de oración y de liberación. No trascendió a mayores, y todo regresó a la normalidad, con las clases y rutinas del personal académico y alumnado.

La histeria colectiva es un caso de ataque de ansiedad en grupo. Y el fenómeno se expande en cadena, de repente se van sumando más y más personas, manifiestan miedos, niveles elevados de ansiedad, y actúan bajo presión sin alcanzar a meditar los efectos secundarios de sus decisiones.

En esta columna de opinión periodística, además de difundir talento hidalguense y propuestas culturales, deportivas, analizamos las tendencias de los fenómenos sociales, en las redes sociales, que tienen impacto significativo.

Esta actual pandemia no es la primera ocasión en que se registra una actividad de pánico masivo.

En los primeros años de la década de los noventa surgió hasta un fenómeno surreal, único en América Latina, y en México desde luego, conocido como el Chupacabras, y entonces todo ser humano había dicho, que había visto a una extraña criatura succionar la sangre de sus animales caseros, a través de múltiples entrevistas compartidas en los tradicionales medios de aquel entonces.

Recuerdo bien que, en cadena nacional, les abrían espacios a cazadores de ovnis, cazadores de fantasmas, varios minutos de exposición a cuadro explicando dicho fenómeno, del que nunca hubo vestigios o elementos que aseguraran su existencia.

Y bien decía un personaje de televisión: “Que no panda el cúnico”. Pero sí cundió y lo vemos ahora mismo con la actual pandemia mundial del Covid 19.

Hemos visto gente que, por tener principios de gripa, se sugestiona, y se suicida por no contagiar a sus seres queridos, hemos visto seres humanos que se envuelven completamente en plástico, para viajar, y hasta les parece prudente y comparten eso en sus redes sociales.

Y la gente se deja llevar; el pánico influye en la masa.

Pero lo mejor es tener consideraciones, pensar las cosas, no entrar en complicadas situaciones donde corramos todos a comprar artículos causando compras de pánico y carencia en las tiendas departamentales.

Sin duda alguna es un tema apasionante para nosotros los periodistas, nos seguirá dando más de qué hablar.

Apreciable lector, hasta aquí mis reflexiones sobre estos temas de tendencias, mientras preparo mi columna número siete para Síntesis Hidalgo, a quien agradezco su espacio, le deseo geniales experiencias sonoras, geniales funciones de lucha libre y geniales experiencias de lectura.

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