Pintora y artista plástica hidalguense, Elisa Valentina Aguado Vera, nacida en Pachuca, tiene como sello distintivo un trabajo lleno de color en su obra, pues busca expresarse y transmitir cosas bonitas, justamente a través de abstracciones de color.

Valentina comparte que su papá, Juan Aguado Guasco, también pintaba, “entonces yo crecí viéndolo pintar, sin embargo él no fue quien me enseñó a pintar, yo soy autodidacta, pero realmente fue el interés de expresarme el que me acercó a la pintura”.

“Ese fue el motivo realmente, el expresarme y transmitir cosas bonitas. Siempre he tratado de transmitir algo. Vamos, no pinto algo tal cual como un árbol, a mí me gustan más bien las cosas abstractas, más conceptos, eso es lo que a mí me gusta trabajar de ahí nace”.

Indica que fue explorando los materiales, comprando y explorándolos, investigando y sólo así, refiere que lo primero que hizo fue trabajar con acrílico. Y es que comparte un episodio de su vida en que cayó en una depresión, y fue justo gracias a la pintura que salió de esa situación, “yo tenía una depresión fuerte, entonces lo que hice fue que no podía dormir y entonces me ponía a pintar, y mi primera exposición fue de esos cuadros precisamente”.

Explica que eran tablitas de 40 por 40, de las cuales hizo muchas, “esa primera exposición la hice en Zacatlán, Puebla, me gusta mucho porque tengo familia ahí y esa fue mi primera exposición, a los 28 años”.

Reconoce que la pintura en principio no la había tomado como algo muy formal, pues lo dejó durante mucho tiempo, pero después volvió a pintar y colocó una exposición en una universidad de Pachuca, “poco a poco, pero no tan formalmente”.

Recuerda que cuando se celebró el décimo aniversario del Museo El Rehilete, la invitó a hacer una exposición de sus trabajos el Manuel Ángel Villagrán, “esa fue una gran exposición para mí, porque era un espacio muy padre, yo trabajé 15 años en El Rehilete, entonces fue un honor participar en el décimo aniversario como parte de las exposiciones temporales del museo”.

Hubo otro espacio de tiempo en que dejó de pintar, pero desde hace tres años retomó ahora sí formalmente la pintura, actividad a la que se dedica por completo, “yo creo que le llega a uno el tiempo en que quieres expresarte”.

Por eso, Valentina explica que casi siempre sus cuadros van acompañados de un poema o un pensamiento, “a la mejor quien lo está viendo, le gusta por el colorido, porque es una de mis características, a mí me gusta mucho el trabajo a través del color, transmitir cosas a través del color”.

Explica que de entrada a sus cuadros trata de no ponerles el título, sino que el espectador pueda experimentar una emoción cuando lo mira, “y ya después puede ver el pensamiento y así puede saber lo que podía sentir mientras lo pintaba, a mí me gusta saber lo que ellos sienten o lo que ellos miran”.

Valentina Aguado indica que cada cuadro tiene un significado especial, pues aunque trabaja muchos cuadros para personas sobre pedido, asegura que tiene la bendición de que le pidan algo de color y dejan que lo explote todo lo que le gusta, “pero cada uno tienen un significado”.

En estos tres años, manifestó que ha montado dos exposiciones, una en la Universidad Iberomexicana de Hidalgo, y actualmente está su obra expuesta en el Cuartel del Arte, donde forma parte de una selección colectiva de artistas hidalguenses.

Estar en el Cuartel para valentina tiene un significado especial, “es súper importante para mi que reconozcan lo que hago, que guste lo que hago, de verdad que es importante, porque no importa que tenga ahorita 47 años, y aunque empecé a los 27 años, estos tres últimos años han sido fabulosos, porque la gente sigue reconociendo lo que yo hago, y para una artista eso es muy valioso, quizá no lo puedo cuantificar en cuanto a dinero lo que hago, sino en cuanto a satisfacciones por el reconocimiento que han hecho de mi trabajo”.

Refiere que participa en el programa Manos que crean, manos que ayudan, “está muy padre, es un proyecto que ya es una realidad, que implementó la Secretaría de Cultura para apoyar a los artesanos y nos dieron vasijas a 47 artistas plásticos, y nosotros las pintamos, entonces participar en ese proyecto es algo bien importante, la mía se llama Corazón de barro y Alas para Volar”.

Su vocación como pintora la ha aparejado a su profesión de decoradora de interiores, y gracias a que muchos espacios le han abierto sus puertas, combina lo que es el arte con la decoración “una obra de arte no necesariamente tiene que estar en el museo, sino que trato de llevarlas más allá, a una casa, a una oficina, sin que sea tan estricto una obra de arte en un museo”.

Atisba en sus recuerdos y comparte que su papá al pintar usaba colores muy fuertes, como el magenta y turquesa, “eran colores de mi papá, y también son mis colores, meto muchos colores pero esos son mis favoritos”.

El trabajo de Valentina Aguado se puede admirar en su página oficial de Facebook Valentina Aguado Artista Plástica, además de que en la tienda Somos Hidalgo ubicada en el Cuartel del Arte tiene cuadros, además de su estudio, donde para conocer su obra, hay que contactarla a través de su red social.

En estos tiempos de pandemia, Valentina reflexiona y considera que esta etapa le ha dejado que hay que regresar a las cosas más espirituales “y tratar de mover conciencias, estamos atravesando por algo difícil, pero nos tenemos a nosotros mismos y hay que cultivarnos desde el interior. Hay mucha tragedia a nuestro alrededor, y por eso quiero transmitir cosas bonitas. Debemos cultivarnos hacia adentro, espiritualmente”.