Los diputados de Morena promueven en el Congreso estatal una iniciativa que reforma el Código Penal del Estado de Hidalgo, la cual prevé multas de 10 a 100 Unidades de Medida y Actualización a quien distribuya, done, regale, venda y suministre a menores de 18 años, bebidas azucaradas y alimentos envasados de alto contenido calórico en territorio hidalguense.
La iniciativa presentada por el diputado José Luis Muñoz Soto, a nombre de sus compañeros de bancada, propone cambiar la denominación del título segundo del Código Penal estatal por la de “Delitos de peligro para la vida, la salud integral y el desarrollo sano de las personas”, y agregar a su vez el Capítulo V, “Venta de alimentos y bebidas prohibidas a menores de 15 años”.
En la exposición de motivos, indicó «en ocasiones, los padres de familia o tutores hemos dejado a nuestros hijos la decisión de su alimentación, por lo menos en horas de escuela, al permitirles gastar cierto dinero dentro y fuera de las instalaciones, consumiendo productos que no aportan ningún valor alimenticio».
«Sin embargo, debemos también entender que desde la perspectiva de los niños, ellos no se fijan en el precio, aceptan cualquier “alimento” porque nadie los orienta y tampoco los vigilan».
Refirió que los pequeños consumidores escogen entre lo que ven: coloridos empaques, ofertas de calcomanías, juguetes, y así es como se termina por incrementarse el alto consumo de galletas, paletas, gomitas, panquecitos, palomitas, bombones, chocolates, frituras, chicles, helados, dulces, pizzas, hot dogs, nachos, refrescos y mucho más.
Muñoz Soto advirtió que estos alimentos tienen muchas calorías, proteínas, grasas, azúcares y sal en exceso, y además son escasos en hierro, calcio y vitaminas A, C y fibras, y que este hábito de consumo de comida “chatarra” ha llevado a que México ocupe el primer lugar mundial de niños y adultos obesos.
Expuso que de acuerdo a estudios de campo sobre consumo, difundidos por la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco), de todos los momentos del día en donde hay un mayor consumo de refresco es en la comida, «es decir, en la casa. De allí se observa un mayor consumo en el desayuno y luego entre comidas».
Dijo que es importante resaltar el alto consumo de refresco en el desayuno, especialmente por los escolares, lo cual es bastante alarmante ya que la mayoría consume refresco en ayunas o solamente toma refresco antes de ir a la escuela.
Muñoz Soto señaló que se tiene la creencia de que el refresco “quita el hambre” y “da energía”, pero lo que no se sabe es que quita el hambre de forma momentánea por los altos contenidos de azúcar, lo cual crea picos de insulina en sangre altísimos.
«Este proceso a largo plazo contribuye a la aparición de resistencia a la insulina lo que provoca diabetes mellitus. La cantidad promedio de refresco que se observó consumen los niños y adolescentes es de 500 ml».
Muñoz añadió que México se ha convertido en el paraíso para empresas procesadoras de alimentos de bajo o nulo valor alimenticio. En consecuencia, en las familias más pobres del país el consumo de refrescos se ha incrementado en 60% y en las más ricas en 45%, en los últimos 14 años. «Y lo más dramático, es que el consumo de frutas y verduras bajó un 30% en ese periodo».
Comentó que ante estos hábitos alimentarios en México, las empresas alcanzan ventas formidables, por ejemplo, dijo que Coca Cola realiza el 12% de sus ventas mundiales en el país, lo cual se ha traducido en daños a la salud de los mexicanos.
Añadió que de acuerdo al Instituto Nacional de Salud Pública el costo para el sector salud del tratamiento de la diabetes es superior a los 3 mil millones de pesos.
Por ello, destacó la necesidad de que sea real la posibilidad de que los infractores a la prohibición de venta, donación, distribución y suministro de comida “chatarra” se hagan merecedores de una sanción.
«No es momento para apelar al libre albedrío y la buena fe de la ciudadanía, el momento por el que atravesamos nos ha dado sobrados argumentos para buscar que el Estado proceda con total rigor y severidad”.