Raúl García Gutiérrez
¿Quién será el bueno, compadre? ¿El giro o el colorado? El 5 de septiembre pasado iniciaron las campañas electorales rumbo a la renovación de las 84 alcaldías en nuestro estado. Once partidos políticos, siete nacionales y 4 locales compiten por el ansiado puesto. Algunos partidos y alianzas han tenido retrasos y demoras en el registro de sus candidatos, lo que ha ocasionado que el Instituto Estatal Electoral de Hidalgo niegue el registro a varias planillas y candidatos, incluido un independiente.
Todo un tema se ha desarrollado con las primeras campañas políticas que se llevan a cabo en medio de una pandemia. Se estimaba que el INE aplazaría la contienda hasta el próximo año y que los Concejos Municipales Interinos se harían cargo durante todo ese período, pero no. Todavía el gobernador Omar Fayad y el Secretario de Salud estatal hicieron la petición formal al Consejo General de Salud y al INE, y no se consideró necesario suspender la jornada electoral.
Las campañas inician de manera muy discreta y austera. Al momento se perciben algunas pintas de bardas y pendones. Llaman la atención dos candidatos que dan un número telefónico para que se reporten los baches, sin duda, uno de los temas más sentidos aquí en la capital del estado.
Las promesas estarán a la orden del día, ofreciendo a la ciudadanía todo aquello que el gobierno anterior no les cumplió. No les faltará tela de dónde cortar, ya que sus antecesores dejaron muchos ofrecimientos sin cumplir, muchas expectativas sin llenar. Ahora no tendrán las grandes concentraciones a las que estamos acostumbrados. La pandemia, aunque a la baja, impide que se reúnan las personas en gran número, sin duda, un obstáculo que impedirá que el mensaje de los aspirantes a ediles llegue a las multitudes.
¿Cómo serán las campañas en el medio rural, donde los campesinos no cuentan con dispositivos móviles y, probablemente, ni computadoras? ¿No implica un riesgo mayor para la dispersión del virus el ir a buscarlos cara a cara para dar a conocer sus propuestas? En muchas poblaciones del interior del estado la gente no usa cubrebocas, es una realidad. Los candidatos y sus equipos de apoyo seguramente estarán viajando constantemente a Pachuca y a otros lugares para reuniones y actividades propias de la campaña, para luego visitar las comunidades de sus municipios. El riesgo de acarrear el virus hasta esos poblados que se han mantenido “limpios” es muy grande. Pero el INE ya dio luz verde.
No vayamos tan lejos. A tan solo tres días de haber iniciado el período de difusión de ideas, el candidato neoaliancista por San Agustín Tlaxiaca resultó contagiado de Covid-19. Desde este espacio le deseamos una pronta recuperación. ¿Cuántos candidatos más resultarán afectados? ¿Vale la pena el alto riesgo de contagio que se corre por el honor de resultar electo Presidente Municipal y Regidor?
Con todo y que estas elecciones son las que encienden más los ánimos entre el electorado, hoy se percibe una cierta apatía, provocada por el miedo a enfermarse. No son pocos los que me han confirmado que, aunque el semáforo sanitario pueda estar en naranja o amarillo el 18 de octubre, no irán a votar, para proteger su salud.
Cada quién tomará su decisión. Los institutos políticos harán hasta lo imposible por ser favorecidos con el voto; los candidatos y sus equipos de trabajo tendrán que echar mano de todo su talento para convencer a las mayorías, sin arriesgar la salud de nadie; los funcionarios de casilla tendrán que apegarse estrictamente a los protocolos establecidos por el INE para la recepción de los sufragios y, usted amable lector, decidirá su intención en la urna correspondiente, cuidando ante todo su salud y la de los demás.
Un rebrote no es deseable en Hidalgo. Si participa en alguna reunión política presencial, cuídese. Si el candidato o candidata que toque a su puerta no lleva cubrebocas, no lo atienda, es su derecho. Si le entregan un volante o un folleto, recíbalo, desinféctelo y lávese las manos. Ninguna medida estará de más.
Usted, ¿va a ir a votar?
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