La siguiente columna se deriva del Libro denominado “Los cuatro acuerdos” del Autor Dr. Miguel ángel Ruiz, El libro trata sobre el conocimiento esotérico tolteca conservado y transmitido de una generación a otra por distintos linajes de naguales (maestros). En esta ocasión solo hablaremos uno los primeros acuerdos denominado “Se impecable con tus palabras”, posteriormente lo haremos con los demás.

El evangelio según San Juan: “En el principio existía el Verbo y el Verbo estaba con Dios, y el Verbo era Dios”. La palabra “verbo” tiene diferentes significados como: acción, proceso o existencia. Pero también sirve para denotar la “capacidad que se tiene para expresarse por medio de la palabra”.

Esa capacidad de expresión es usada por Dios para realizar la creación de la vida, en el universo y en la tierra, y si el hombre es cuerpo, mente y espíritu, en este se manifiesta la posibilidad del hombre de poder crear, es decir “las palabras nos dan poder para crear”. Por ejemplo, si nos repetimos constantemente alguna afirmación ya sea positiva o negativa, llega el momento en que espesamos a creerla, y si la creemos en nuestro interior, vamos a creer lo que estamos afirmando, y pronto lo veremos reflejado en la realidad.

Si yo me digo a mi mismo, que “soy capaz o competente para algo”, de manera constante y me lo creo dentro muy dentro de mí, seguramente las cosas las voy a ir haciendo mejor, si me esfuerzo un poco más, voy a ir mejorando gradualmente, hasta llegar a ser realmente competente. Pero todo surgió de la “expresión de la palabra” del “verbo”. Lo mismo sucede si una madre le dice constantemente a su hijo que es “tonto” o “torpe” y lo ridiculiza constantemente, con toda seguridad el niño llegará el momento en que llegue a creer que es tono y torpe y seguramente manifestará en sus acciones su torpeza.

Las palabras son intención en acción y pueden crear o destruir todo lo que nos rodea, por ello a través de ella debemos expresar amor, amabilidad, cortesía, bendición, buenos deseos y bienaventuranzas para todos. De esta manera al tener una visión de buena voluntad, de buenas intenciones, para todas las personas, seguramente vera reflejada en ellos lo que el manifiesta en sus palabras y creencias, porque tendremos confianza y esperanza, en que las cosas estarán bien, aunque la realidad por el momento no nos responda como queremos, si somos persistentes, seguramente se manifestaran nuestras en la realidad nuestras intenciones.

La mente humana es un campo fértil en el que constantemente se están sembrando palabras, ideas, creencias, conceptos, opiniones. En ese terreno esas semillas crecen y producen consecuencias, por lo tanto, tenemos que tener cuidado de no ser influenciados por ideas derrotistas, pesimistas, resentimientos, odios y demás pensamientos limitantes, ya que estos nos producen consecuencias negativas en nuestra salud física, como el estrés, la ansiedad, el insomnio, que posteriormente se reflejaran en el cuerpo físico en forma de dolores de espalda, huesos, tumores, cáncer etc.

Con las palabras podemos hechizarnos a nosotros mismos y a otros y producir con ello consecuencias muy graves. Por tal motivo debemos ser impecables con las palabras. Impecabilidad significa “sin pecado” y “pecado” es hacer algo en contra de uno mismo o de los demás, por lo tanto tenemos que ser cuidadosos con lo que pensamos, con lo que sentimos y con lo que hacemos, porque todo lo que nos sucede en la vida, se rige por la leyes de la naturaleza que no podemos quebrantar, son causas y efectos, acciones y consecuencias y de eso nosotros somos responsables “Siembra rosas y cosecharas rosales”.

Por lo tanto, no es necesario sentirnos culpables y juzgarnos severamente a nosotros mismos por los actos negativos que hemos realizado, lo que tenemos que hacer es asumir la responsabilidad y las consecuencias de nuestros actos y ver en que medida estamos en la posibilidad de reparar aquello que hemos hecho mal y llevarlo a cabo otra forma simple, es no volver a cometer los mismos actos.

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Jesús Cruz Fernández