Mauricio Neblina
Al realizar un monitoreo de precios del mes de noviembre encontramos en la Alianza Nacional de Pequeños Comerciantes (ANPEC) una variación promedio al alza en varios de los productos de la canasta básica. La inflación oficial registrada de 4.09 por ciento en las calles se ve rebasada.
La última milla del mercado no está caliente está ardiendo, muestra de ello son los productos que lideran la variación de precios al alza con respecto al mes anterior.
Entre las principales alzas destacan el caso de la cebolla (55.73 por ciento), chile serrano (35.78 por ciento), tomate (30.90 por ciento), aguacate (27.75 por ciento), papa (23.16 por ciento), jitomate (16.81 por ciento), arroz (12.55 por ciento), huevo (12.30 por ciento), azúcar (11.47 por ciento), sardinas (10.47 por ciento), frijol (7.17 por ciento), lentejas (1.14 por ciento), entre otros, de octubre a noviembre.
Los comerciantes en pequeño sabemos que en noviembre se afianza la inflación y la carestía de la vida, las causas: pandemia, pérdida de empleo, ultrademanda, factor estacional, inseguridad carretera y urbana, elevación del costo de la energía (fin del subsidio de verano), aumento en el precio del gas LP y la finalización del periodo de gracia bancaria; este menú de adversidades explica la caída de la economía familiar en México.
Este mes cumplimos 8 meses de sobrevivir la pandemia del Covid-19, emergencia sanitaria para la que nuestro sistema de salud, nuestros gobiernos y la sociedad entera no estaban preparados para enfrentar, ni lo están aún. El costo humano ha sido elevado y exponencial: más de 240 mil muertes (sumando la cifra subyacente de muertes no esperadas) y más de un millón de contagios. Actualmente, una tercera parte del territorio nacional encara rebrote pandémico, inicio de la segunda ola de Covid-19 en nuestro país.
La radiografía nacional nos habla de millones de empleos y subempleos, formales e informales, perdidos; más de 16 millones de ocupaciones se han cancelado; el Covid también ha abaratado la fuerza de trabajo, pulverizando los esfuerzos que se venían realizando desde 2019 por apreciar al capital humano, otorgando aumentos salariales. Esta estrepitosa caída del mercado laboral languideció el poder adquisitivo de los hogares y provocó una baja de más del 30 por ciento del consumo privado.
El invierno será tan oscuro como el resto del año, un invierno gélido, no tan solo por las bajas temperaturas, sino por la desesperación económica y el hartazgo que provocará la segunda ola de Covid-19.
Para cerrar con broche de oro, en diciembre aumentará el kilo de tortilla, al menos un peso. Alimento estelar de nuestra dieta, la tortilla es de consumo intensivo y este incremento abatirá el poder adquisitivo de las mayorías.
“No sobra decir: tengamos un consumo responsable, mesura y cautela al gastar, compremos lo necesario no lo suntuario, son tiempos de vacas flacas. Solo con prevención lograremos la Reactivación, no bajemos la guardia, así estemos cansados, aburridos y fastidiados, recuperemos el ánimo y nuestra capacidad de Resiliencia”, finalizó Cuauhtémoc Rivera.