el águila no ha dejado de estar presente en todo el devenir de nuestro país. El águila era el sol para los aztecas y fue el símbolo que dio motivo a la fundación de Tenochtitlan: En todas las banderas que hemos tenido desde que somos quienes somos dentro de las fronteras de lo que llamamos México ha venido acompañada a partir del siglo XVI de otro ícono que no deja de aparecerse por todos los rincones y caminos. Me refiero a la Virgen de Guadalupe. Decía el ya trascendido Padre Xavier Escalada S.J., uno de sus más fervientes devotos y estudiosos, coordinador de la Enciclopedia Guadalupana dada a conocer en 1994: “Hay dos tipos de mexicanos: los guadalupanos aparicionistas y los guadalipanos antiaparicionistas. Pero todos guadalupanos.”
No tiene importancia la creencia o la no creencia en sus apariciones. Santa María de Guadalupe, la advocación mariana por excelencia no sólo de México sino de las Américas, marca lo que en México conocemos como el puente Guadalupe-Reyes, desde el aniversario de sus apariciones hasta la visita de los Reyes Magos al niño Jesús y ahora a los niños con sus juguetes y a todos con la rosca. Siendo mexicanos me extraña que no fuera el puente Guadalupe-Candelaria, porque el que se saca al niño de la rosca pone los tamales del 2 de febrero, día de la Candelaria y que corresponde a la presentación del niño Jesús en al templo y el final de la cuarentena del parto más importante del mundo moderno.
Cuando el juez Antonio Valeriano plasma el Nican Mopohua (Aquí se relata) con las crónicas guadalupanas nos deja un documento en náhuatl que le da carácter de idioma a la lengua del imperio azteca, aún ya caído bajo la corona española. Si las fechas fueran correctas por ahí del 27 o 28 de diciembre de 1531 ya hubiera sido levantada la ermita de cal y canto que albergó a Juan Diego y el ayate donde se plasmó la virgen ya en el cerrito del Tepeyac y donde ha estado hasta la fecha en una u otra construcción.
Conocida como La Meca de América, la Villa es el segundo lugar de peregrinación de fieles que se conoce en el mundo católico; el primer sitio es la Basílica de San Pedro, en el Vaticano. Millones los visitan año con año. Este año no puede ser igual.
Ya se había anunciado que los días guadalupanos iban a estar abiertos, cosa rara ya que estamos a mitad de una pandemia que requiere sana distancia y exige no aglomeraciones ni eventos masivos de ningún tipo. Esto no hubiera sido posible si el gobierno de MORENA (que no se llama así por casualidad si no por apelar a la figura más emblemática de la mexicanidad: La Virgen, en contraposición al periódico Regeneración de un ateo anarquista como lo fue Ricardo Flores Magón, su fundador, y bueno ya el nacional viene siendo más que obvio en un movimiento que tuvo desde siempre la intención de mandar sobre todo el país.
Ahora resulta que siempre no, otra característica de MORENA, primero hacer una cosa y luego virar el timón a la otra. Podemos decir que este gobierno no repara en cambiar de opinión ni rumbo para nada, la Basílica de Guadalupe cerrará del 10 al 13 de diciembre sus rejas y puertas. ¿Será esto suficiente para que millones de peregrinos se guarden en sus casas? Me temo que no. Por eso escribo estas líneas.
En su diálogo con Juan Diego la niña del cerrito es muy clara en decir que ella es vida y salud, que está aquí para todos los que a ella clamen y necesiten, creo que no es la Jefa de Gobierno ni el Abad de la Basílica los que están dejando clara su postura a la no peregrinación de este año, es el arquetipo guadalupano y su influencia subjetiva o directa en cada uno de los que la procuramos de manera consciente o inconsciente. Es su principal preocupación que la epidemia no diezme más vidas y menos con ella al centro del contagio. Recordemos que lo primero que sucede por su intercesión en el Nican es la cura milagrosa de Juan Bernardino, un tío de 58 años aquejado por el cocoliztli, la epidemia que acabó en tres siglos con 3 partes de la población originaria de nuestro territorio.
Ni las autoridades laicas o eclesiásticas van a permitir un contagio masivo y millonario que esperemos no suceda con las festividades decembrinas, con centros comerciales y actividades como fiestas y reuniones sin medidas sanitarias y controles, pero no será la Morenita la que dé pie a que sus devotos sufran lo que ella misma indica que no sucederá bajo su amparo y cobijo. A todos los fieles les recomiendo que se queden en sus casas, si la queremos ver la veremos en nuestras imágenes privadas y podemos estar con ella no solo el 12 de diciembre, sino todos los días y en cada uno de los rincones por donde ella se manifiesta en altares y representaciones. Mejor retomemos sus propias palabras a Juan Diego ese día del 12 de diciembre original: “Que no te aflija enfermedad, accidente penoso ni dolor. Ten por cierto que tu tío ya está bueno.”
Deseo de todo corazón que todos los que tienen aflicciones de salud sanen, que todos los que sufren necesidad tengan satisfacción, que los que cuidan de sus enfermos no los vean perdidos y que la entrada de diciembre no sea motivo de más dolor ni preocupaciones. No hagan peregrinaciones hasta que esta pandemia nos lo permita y no cometamos imprudencias en nombre de la Fe y las tradiciones. Prudencia es una virtud poco ejercida pero que nos puede salvar de llevar a miles a la tumba en muy poco tiempo. Paciencia que todo pasa y mientras eso suceda, contemos con la seguridad de que hay una voluntad universal que tiene una debilidad por la especie humana que nos ha mantenido en este planeta a pesar de nosotros mismos por millones de años. Tonanzin Guadalupe tiene sus propias formas de hacer su voluntad de cuidarnos, esa es que nos mantengamos sanos y salvos. No les recomiendo contrariarla por el bien de todos.